Elaboración de una propuesta pedagógica
La propuesta pedagógica ha constituido y constituye para los profesores-estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional una herramienta que se construye a partir de reflexión y experiencia obtenida en su práctica docente. En forma particular el Plan de Estudios de la Licenciatura en Educación Preescolar y Educación Primaria para el Medio Indígena plantea un acompañamiento y articulación entre cursos, que de alguna manera dimensionan la práctica, el contexto y el sujeto que desarrolla docencia en el medio indígena.
Los cursos que desarrollan los docentes en los primeros cuatro semestres de la Línea Metodológica, ofrecen elementos teóricos y metodológicos para que en quinto semestre se diseñe y elabore una propuesta pedagógica cuyo sentido principal está centrado en atender procesos de apropiación y transmisión de contenidos escolares. Merece comentario aparte, el hecho de que muchos estudiantes no desempeñan labor frente a grupo, por lo cual su reflexión se remite a experiencias pasadas o de otros, la propuesta pedagógica debería entonces abrir espacios para la construcción en el campo de la asesoría técnica, gestión, función directiva y de supervisión. Para la construcción de una propuesta pedagógica, Gisela Salinas (1990) expone tres elementos principales que no se pueden obviar:
a) la identificación de una problemática
b) La elaboración de una alternativa de solución a la problemática
c) Una marco referencial y teórico que fundamente la propuesta.
El primer punto, lo considero como un proceso de construcción que inicia con la reflexión de la práctica, en la práctica misma, dándole un carácter más dinámico a este proceso. El profesor-estudiante describirá la forma en que transmite contenidos escolares y establecerá supuestos respecto a la apropiación del alumno respecto a ellos. En este proceso, identificará cuestiones de interés, dificultad o de alguna situación que parezca no regular. Con este primer acercamiento, la preocupación temática o problema estará identificado y se someterá a un proceso de problematización. Ricardo Sánchez Puente (1993), reconoce al proceso de problematizar como aquel en que se lleva a cabo una desestabilización y cuestionamiento sobre las propias certezas de uno, además de clarificar y elaborar construcciones de apoyo para comprenderlas mejor. Con un problema problematizado, se está en posibilidades de construir elementos que justifiquen al problema y con ello poder establecer objetivos pertinentes. Se debe tener en cuenta que el objetivo general marcará pautas de construcción de la alternativa más adelante. Con el proceso de problematización construido, aún cuando se reconoce que es permanente, la contextualización esta en posibilidades de construirse. Desde mi punto de vista, este proceso aborda dos momentos: uno de descripción y otro de análisis. En el primero de ello se dará cuenta de lo que hay y lo que no hay en el entorno escolar y comunitario donde se ha ubicado el problema, esto ayudará a contextualizar el problema y no la práctica, que de alguna forma va implícita. Contextualizar el problema lo entiendo como un proceso donde el profesor-estudiante establece una serie de relaciones, pueden ser a partir de cuestionamientos, entre el problema identificado y el entorno donde se ubica, esto le ayudará a derivar una serie de implicaciones que profundicen la explicación. Si esto es así, el problema se reconoce en un contexto histórico-social especifico que puede ampliarse a la dimensión social si es el caso, como por ejemplo, para contextualizar desde el diseño e implementación de políticas. El otro elemento planteado tiene que ver con la alternativa. Esta se entiende como una construcción estratégica pensada para atender una determinada problemática. Estratégica y pensada porque requiere que el docente no se limite a la intuición sino que busque el apoyo teórico, lo reflexione y lo recupere para orientar las relaciones en las formas de actuar en un campo determinado, en este caso la transmisión de los contenidos escolares. La sugerencia metodológica que hemos trabajado con los alumnos consiste en plantear algunas consideraciones básicas sobre el papel del docente, del alumno, de los contenidos escolares, de la evaluación, etc. para que posteriormente se plantee una intención educativa general para la atención de la problemática. Con esta claridad que supone tendría en su pensamiento, el docente establecerá unidades, bloques o campos de intervención, cada uno de ellos con los siguientes elementos: a) Estrategias; b) Acciones; c) Actividades y d) Estrategias de evaluación. Finalmente, no por ubicarse en un tercer momento, es de reconocerse que la construcción de propuesta es simultánea y por ello, la búsqueda de referentes que apoyen la argumentación teórica de la propuesta es permanente. Se debe cuidar que el sentido que se otorga a la teoría es de una “aproximación a la realidad” y nunca debe considerarse como algo dado e inamovible.