History: credibilidad y congruencia
La televisión está llena de esfuerzos de responsabilidad social pero ninguno como Una idea para cambiar la
historia de History. ¿Por qué? Porque aquí no estamos hablando ni de donativos ni de cambiarle la vida a un grupo de beneficiados.
Estamos hablando de cambiar al mundo entero. Estamos hablando de cambiar la historia.
¿Puede haber algo más congruente que esto tratándose de una señal especializada en historias y en acontecimientos históricos como el canal History?
Por eso los admiro. Por eso los respeto.
Por eso, año con año, me las ingenio para asistir a la ceremonia de premiación de este certamen en Ciudad de México.
¿Qué es Una idea para cambiar la historia? Un concurso, donde jóvenes de toda América Latina proponen ideas para transformar el mundo.
¿Qué clase de ideas? Cuestiones vinculadas a la salud, a la inclusión, al desarrollo social y a la ecología.
Estamos hablando de algo mucho muy serio que implica una preparación académica y que es calificado por eminencias científicas de todo el continente.
El solo hecho de estar en este concurso es un honor, porque su credibilidad no tiene comparación en toda la industria de la televisión de paga.
¿Pero sabe qué es lo más hermoso? La respuesta de los muchachos.
Seamos honestos, ¿usted puede imaginar que en estos tiempos de profundo egoísmo haya miles de muchachos (hombres y mujeres), de universidades públicas y privadas, de todos los colores y niveles socioeconómicos, luchando por estar aquí?
Pues agárrese fuerte de donde pueda, porque este año entraron más de 6 mil 500 jóvenes.
Todos increíblemente profesionales y positivos.
Yo todavía no puedo creer su creatividad y su dominio de la ciencia y la tecnología.
A mí me encanta ir a Una idea para cambiar la historia, porque nada más con ver a estos dignísimos representantes de las nuevas generaciones recupero la esperanza en la humanidad, porque esto es de a de veras.
History no solo premia a los ganadores con mucho dinero, los apoya para que sus inventos se conviertan en realidad.
De Una idea para cambiar la
historia han salido prótesis de manos que a muy bajo costo han beneficiado ya a miles de niños, radares que le permiten a los débiles visuales desplazarse con mayor soltura por las congestionadas calles de las ciudades latinoamericanas y más, muchas otras aportaciones más.
Es imposible conocer a estos chicos, observar sus inventos y, lo más importante de todo, ver a todos esos niños con sus manitas nuevas y a todos esos ciegos moviéndose con libertad gracias a la magia de esos radares, y no conmoverse.
Son sueños convertidos en realidad, el principio de una carrera brillante con proyección internacional, lo más hermoso que le puede pasar a un joven en estos momentos de tanta rabia y oscuridad.
No, y espérese. No le he dicho nada del concurso de este año. Tuvimos en los primeros lugares a chicos de Xalapa, Ecuador, Chile y Colombia con una ideas fantásticas.
Desde un aparato para aplicar medicamentos a través de la piel sin tener que utilizar agujas hasta un traductor en audio del lenguaje de señas para los sordos, pasando por una prueba muy rápida para detectar enfermedades de transmisión sexual y una órtesis robótica para tobillos. Impresionante es poco.
El ganador fue Max Hidalgo, de Perú, con una turbina ólica capaz de generar agua potable.
Fíjese lo que le estoy diciendo: joven, Perú, turbina eólica, agua potable.
¿Sabe usted el bien que este invento le va a hacer a la humanidad?
Y salió de un canal de televisión. Y salió de un muchacho que estaba viendo History. Y salió de un país latinoamericano.
¿Sabe usted el futuro que le espera a Max y a todos los finalistas de Una idea para cambiar la historia después de esto? ¿Sabe usted lo que va a pasar con miles de comunidades sin acceso al agua potable después de que la idea de Max se materialice?
¿Ahora entiende por qué adoro este evento?
Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, la gala de Una idea para cambiar la historia 2017 fue un acontecimiento por sí misma.
La conducción de Javier Poza estuvo espectacular. La participación de Talina Vargas en la presentación fue deliciosa. Los números musicales de Fonseca, el embajador de este año de Una idea para cambiar la historia, fueron extraordinarios.
Y todo estuvo perfecto: la atención, la comida, la fiesta.
La transmisión que se hizo en vivo para las redes sociales desde el hotel St. Regis de Ciudad de México no me dejará mentir.
Ahí pasó algo bueno. Ahí pasó algo importante. Una idea para
cambiar la historia es ya uno de los eventos más esperados de todos los años, una tradición que vale la pena seguir y celebrar.
Felicidad a todos los ganadores, a los que participaron y, por supuesto, a History.
No cualquiera posiciona un evento de esta naturaleza en tan poco tiempo.
¿O usted qué opina?