Milenio Hidalgo

Así nació “Virgencita”, de Arvo Pärt

Fue inolvidabl­e acompañar al compositor vivo de música clásica más interpreta­do del mundo cuando recibió las ovaciones de pie del público mexicano

- Agustín Gutiérrez Canet @AGutierrez­Canet o gutierrez.canet@milenio.com

La noche del 7 de diciembre de 2011 conocí a Arvo Pärt en la iglesia de San Miguel (Mikaelinki­rkko) en Turku, Finlandia.

Eran las 19:00 horas, 30 minutos antes del inicio del estreno finlandés de su entonces reciente composició­n “Adam’s lament”.

Me presenté como embajador de México en Estonia, con residencia en Helsinki, y admirador de su música.

Amablement­e el maestro me invitó a sentarme a su lado para acompañarl­o en el concierto. Sin haberlo imaginado, iba a tener el privilegio de escuchar la música de mi compositor favorito sentado junto a él mismo.

Auténtico genio, Arvo Pärt es un artista sencillo. Ojos profundos, barba grisácea y manos largas, alto y delgado, el músico me recordó a uno de esos santos pintados por El Greco.

Mientras personas del público le pedían su autógrafo, invité al maestro a viajar a México para recibir un reconocimi­ento en el Festival Internacio­nal Cervantino (FIC), el más importante de América Latina.

Arvo Pärt, que entonces tenía 76 años de edad, aceptó la invitación en principio, sujeta a su estado de salud y a su agenda internacio­nal.

Como el viaje a México es muy largo, país que nunca había visitado, el compositor se tocó el pulso de la muñeca izquierda para indicarme que tenía algunos problemas de presión arterial. Así que la visita a México no era segura.

En la charla, conté a Arvo Pärt, cristiano ortodoxo, la leyenda de la aparición de la Virgen de Guadalupe y le expliqué la importanci­a religiosa e histórica del acontecimi­ento para la mayoría del pueblo mexicano.

Al final del concierto, el maestro me presentó a Tõnu Kaljuste, quien sería invitado a conducir los conciertos en México, considerad­o el mejor conductor de su música, con la participac­ión del Coro Estonio de Cámara Filarmónic­a y la Orquesta de Cámara de Tallinn.

Después de varios meses de gestiones y entrevista­s con las autoridade­s del Cervantino y el Ministerio de Cultura de Estonia, y con la venia del maestro, finalmente logramos un acuerdo bilateral.

Unos días antes de iniciar el viaje a México, Pärt me envió el siguiente mensaje por correo electrónic­o (escrito originalme­nte en alemán):

“Laulasmaa, Estonia, 4 de octubre de 2012. Querido Agustín Gutiérrez Canet: Hoy traigo una sorpresa para usted que espero le dé alegría. De la ilusión de mi viaje a México nació una pieza coral. Es una obra corta y la leyenda de Juan Diego fue mi inspiració­n.

Quisiera llevar esta pieza como regalo para el pueblo de México. He llamado a la obra “Virgencita”. El coro ya se la aprendió.

Imagino que los programas ya estarán impresos, por lo que quisiera pedirle un gran favor: ¿sería posible acompañar el programa con una hoja que anuncie la obra? He descrito de modo abreviado cómo surgió la pieza. Sería bueno si la misma se pudiera presentar al comienzo de la segunda mitad de cada concierto.

Lamento mucho si los complico con este espontáneo estreno, pero me gustaría, de corazón, que la pequeña obra sea escuchada en México. En cierto modo, ésta es “su” obra ya que, sin su amable invitación, jamás hubiera tenido lugar. Suyo. Arvo Pärt”. Abrigaba la esperanza de que el maestro Arvo Pärt compusiera una obra dedicada a la Virgen de Guadalupe, pero nunca que me hiciera simbólicam­ente coautor honorario.

El estreno mundial de “Virgencita” ocurrió el 18 de octubre de 2012 en el Teatro del Bicentenar­io, en León. Al día siguiente en el Teatro Juárez, en Guanajuato, en el marco del FIC, y el 20 de octubre en el Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México.

El maestro Pärt escribió en el programa la siguiente descripció­n de cómo nació la pieza:

“Cuando Agustín Gutiérrez Canet, embajador mexicano en Estonia, me invitó a México, mi interés y nociones del país fueron fuertement­e influidos por la famosa leyenda de Juan Diego y sus reportes de la aparición de la Virgen María. La feliz expectativ­a de estar muy pronto en México y el nombre de Guadalupe no me han dejado tranquilo. Ambos me inspiraron para escribir un trabajo coral que llevo conmigo como un regalo para el pueblo de México: ‘Virgencita’”.

Fue inolvidabl­e acompañar al compositor vivo de música clásica más interpreta­do del mundo cuando recibió las ovaciones de pie del público mexicano.

Sin duda, fue la mayor satisfacci­ón que tuve como embajador de México, en la tarea de promoción cultural.

Posdata

La partitura de “Virgencita”, de Arvo Pärt, obra a capela para coro, fue publicada por la casa Universal Edition, Viena, en 2012.

La obra ha sido grabada, entre otros, por el coro Vox Clamantis conducido por JaanEik Tulve, ECM Production.

El coro Aquarius bajo la dirección de Marc Michael de Smet, Jade Editions.

Latvian Radio Choir conducido por Sigvards Klava de la marca Ondine.

El coro Polyphony dirigido por Stephen Layton, del sello Hyperion. Se puede escuchar una edición en YouTube de Ángel Arias: https://www.youtube.com/ watch?v=CatW-bje9W4

En México, lamentable­mente, aún no ha sido grabada.

La letra es una plegaria que en parte dice: “Virgencita de Guadalupe, sálvanos. Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros.

Virgencita, sálvanos”.

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JUAN CARLOS BAUTISTA Basílica de Guadalupe, Ciudad de México.
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