Milenio Hidalgo

El nuevo TLC se cerraría en julio

- NADA PERSONAL, SOLO NEGOCIOS BÁRBARA ANDERSON barbara.anderson@milenio.com o Twitter: @ba_anderson

Hoy comienza en Washington la última semana de reuniones de los equipos técnicos de México, EU y Canadá para palomear los avances en la renegociac­ión del TLC.

Termina el año y con él, algo impensable: la revisión a 23 años de este tratado. “Parece mucho, pero en realidad empezamos a negociar el 16 de agosto. Hemos cumplido escasament­e cuatro meses, 33 días de trabajo de 30 diferentes grupos para traer el tratado al siglo XXI”, dice el secretario de Economía, Ildelfonso Guajardo.

Hasta ahora se ha logrado avanzar en decenas de capítulos, que no están cerrados porque la Casa Blanca no quiere mandar el mensaje, según Guajardo, de que se ha avanzado mucho cuando sus prioridade­s estratétig­as no están teniendo la misma suerte.

“Washington no quiere tocar temas que son progresivo­s e importante­s para nosotros y Canadá, como los capítulos de género, temas ambientale­s y laborales además de la competitiv­idad”, abunda Guajardo.

Uno de los temas duros es el automotríz y la presión del equipo de EU de pasar de 62 a 85 por ciento el porcentaje de componente de los vehículos. “La semana pasada los presidente­s de las tres grandes automotric­es de EU estuvieron en la Casa Blanca, incluso con el negociador americano, y le dijeron que se estaban dando un balazo en el pie y que si se ponían reglas difíciles no iban a utilizar los beneficios del tratado, sino que irían por reglas de OMC, exportando carros de México con un arancel de 2.5 por ciento que es más barato que todas sus locuras”, explica el secretario, dejando incluso claro que si los aranceles en el caso de las pick up suben a 25 por ciento solo llevaría a las marcas a cambiar la fabricació­n de país.

Donald Trump tiene dos frentes de presión en su país. Según Guajardo, los congresist­as le pidieron al gobierno que si quería su famosa reforma fiscal no ‘hicieran olas’ con el TLC y es por eso que las negociacio­nes que se debían terminar este mes de diciembre se extendiero­n hasta el primer trimestre del 2018. “Pero si yo fuera el gobierno norteameri­cano y alguien me dice vamos a cerrar el 30 de marzo con una elección presidenci­al que a los tres meses me va a poner otro presidente en México (y nadie me garantiza que el nuevo cumpla lo que acabo de negociar) yo me esperaría a que el nuevo presidente también diga que si se compromete con toda esa negociació­n”, añade.

Con este comentario y si bien quedan rondas para el siguiente mes de enero, no nos extrañe que el nuevo TLC esté firmado recién a fines de julio de 2018, ya con un nuevo inquilino confirmado en Los Pinos.

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