Petróleo, ¿principio del fin?
El paradigma de la energía en el mundo está cambiando aceleradamente. La explotación y uso generalizado del gas natural y las energías limpias, así como la electricidad para la movilidad vehicular, entre otras, ya marcaron el principio del fin del petróleo como el energético de mayor uso.
Las alertas se encendieron cuando el Banco Mundial anunció, en el contexto de la reciente Reunión sobre el Cambio Climático, en París, que a partir de 2019 ya no financiará proyectos de extracción y producción petrolera.
México se tardó demasiado en eliminar los monopolios estatales de energía (Pemex y CFE); de hecho fue el penúltimo o antepenúltimo del mundo en hacerlo. Y cuando tomó la decisión de abrir su sector energético a la inversión privada nacional e internacional coincidió con uno de los ciclos de más bajos precios del petróleo en la escena mundial.
Sin embargo, para Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos —el órgano responsable de subastar las áreas de exploración y explotación de petróleo y las alianzas de Pemex—, el petróleo seguirá siendo fundamental por muchas décadas más. No obstante, reconoce que el petróleo perderá importancia en el mediano y largo plazos.
Zepeda refiere que la Agencia Internacional de Energía pronostica que la canasta energética mundial seguirá siendo cercana a 80 por ciento de energía fósil hasta 2040.
Sin embargo, la canasta energética irá cambiando en su composición. Subirá el consumo de la energía renovable y dentro de la fósil se utilizará menos carbón mineral y petróleo y más gas natural.
El gas natural es el energético fósil más limpio, el que emite la menor cantidad de dióxido de carbono.
Por eso México tiene el reto de explorar y desarrollar sus reservas de gas natural y reducir la actual dependencia que tiene, de alrededor de 80 por ciento, de las importaciones de ese energético de EU.
Por lo que toca a la reforma energética, para el responsable de la CNH, los resultados son positivos. El gobierno mexicano ha realizado 11 licitaciones, incluidos los farm-outs de Pemex.
Se han adjudicado 72 contratos de exploración y extracción a 67 empresas de 18 países —33 de ellas son mexicanas—. Se espera una inversión de más de 60 mil millones de dólares derivada de esos 72 convenios.
Está en puerta la licitación 2.4 de aguas profundas; es la segunda y ya se registraron 29 empresas en la fase de precalificación. Vienen las grandes compañías del mundo, en especial las asiáticas.
Hasta ahora la reforma energética avanza positivamente, pero es una realidad que el paradigma ya cambió. Viene la era del gas natural. Al tiempo.