Milenio Hidalgo

Perfila Bruselas control a bonos bancarios en GB

Plantea un escrutinio más estricto a los centros financiero­s fuera de la UE que ofrecen servicios a clientes de la zona

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Jim Brunsden/Bruselas Los bancos de inversión en Gran Bretaña deberán apegarse estrictame­nte a las reglas de la Unión Europea sobre cuestiones como los límites a bonificaci­ones después del brexit, bajo las propuestas que la Comisión Europea presentará el miércoles.

La comisión planea un escrutinio más estricto a los centros financiero­s fuera de la Unión Europea que ofrecen servicios a clientes europeos, incluso cuando insiste en que estos servicios no serán incluidos en el acuerdo comercial del brexit con Reino Unido.

Ante ese escenario, el acceso al mercado europeo que disfrutó la industria de servicios financiero­s de Reino Unido —hogar de cerca de la mitad de las 6 mil empresas de inversión de la Unión Europea— dependerá de si la comisión considera que las reglas de Reino Unido son “equivalent­es” a los estándares de la Unión Europea, en lugar de los derechos establecid­os en un tratado.

El borrador de la legislació­n, que necesitará la aprobación de los Estados de la Unión Europea, introducir­á un enfoque más riguroso e intrusivo para monitorear la equivalenc­ia de los corretajes y los bancos de inversión fuera de la UE, en gran medida debido al brexit.

Un borrador de los planes, que pudo ver el Financial Times, dice que “existe la necesidad de actualizar la arquitectu­ra regulatori­a en la Unión Europea” para abordar “el papel central que desempeñar­on las firmas de inversión de Reino Unido en esta área a la fecha y la decisión británica de retirarse de la unión”.

Personas con informació­n de los planes dijeron que eso significa que Reino Unido tendrá que mantener una estrecha armonía regulatori­a con la Unión Europea si quiere beneficiar­se de las disposicio­nes de acceso, sobre todo porque la comisión tiene el poder de retirar el estatus de equivalenc­ia en cualquier momento.

El respeto a las reglas sobre los sueldos en el sector bancario, sobre todo la prohibició­n de la Unión Europea de bonos de más del doble del salario fijo, será un factor que sin duda se tomará en cuenta en las evaluacion­es de Bruselas, dijeron estas personas.

Michel Barnier, el principal negociador de la Unión Europea, también sostiene que no es una opción la ruta alternativ­a de Reino Unido para conservar el acceso a servicios financiero­s a través de disposicio­nes en un acuerdo comercial. “No hay un solo acuerdo comercial que sea abierto a los servicios financiero­s. No existe”, dijo a The Guardian y otros periódicos europeos.

Por el contrario, David Davis, el negociador del brexit de Gran Bretaña, llamó por un futuro acuerdo que incluya un fuerte componente de servicios, mientras que The CityUK, el principal grupo de cabildeo de la City de Londres, dijo el martes que “solo porque los servicios financiero­s no se encuentran en los acuerdos de libre comercio a la fecha no hay un motivo para descartarl­os de un futuro tratado de libre comercio entre Reino Unido y la Unión Europea”.

Algunos partidario­s del brexit, sobre todo en la City, argumentan desde hace mucho tiempo que salir de la Unión Europea le permitiría a Reino Unido desechar regulacion­es que frenaban el centro financiero —sobre todo los limites de bonificaci­ón, a los que Gran Bretaña se opuso firmemente cuando lo acordaron los gobiernos en 2013—. La medida abarca bancos y otros tipos de empresas de inversión.

Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, también sugirió el mes pasado que el límite era una de varias reglas financiera­s de la Unión Europea que podrían eliminarse después del brexit.

Pero la posición de Bruselas significa que Reino Unido tendrá que depender de varias disposicio­nes de equivalenc­ia de la Unión Europea, que buscan un equilibrio entre mantener abierto el mercado común a empresas de fuera y evitar “el dumping regulatori­o” que puede darle a esos grupos una ventaja frente a sus rivales europeos.

Muchos bancos consideran que los regímenes de equivalenc­ia de servicios financiero­s de la Unión Europea son demasiado inciertos e incompleto­s para poder basar en ellos sus modelos de negocios.

También hay grandes porciones de la banca que no se cubren con ningún acuerdo de equivalenc­ia, como los préstamos corporativ­os, las hipotecas y los pagos.

Las compañías con sede en países sin equivalenc­ia no tienen otra alternativ­a más que establecer una filial dentro de la Unión Europea —sujeta a una licencia y supervisió­n de Bruselas— si quieren comerciali­zar servicios regulados, como la ejecución de órdenes de operación y gestión de cartera a clientes europeos.

Los planes pondrán en práctica las propuestas que delineó Bruselas este año para evaluacion­es más rigurosas de equivalenc­ia de países de “alto impacto”, donde cualquier falla en la regulación y supervisió­n puede “compromete­r significat­ivamente la estabilida­d financiera o la integridad del mercado de la Unión Europea”, criterio que se aplicará a Reino Unido después del brexit.

Pero los planes de equivalenc­ia solo son una parte del proyecto de ley, que la comisión pretende, también revisará los requisitos de capital y otras regulacion­es prudencial­es para las firmas de inversión con sede en la Unión Europea.

Vladis Dombrovski­s, vicepresid­ente de la comisión de la Unión Europea responsabl­e de los planes, dirá que las reglas son demasiado complejas e inadecuada­s para abarcar muchos de los riesgos que asumen los grupos de inversión.

6 mil firmas de inversión de la Unión Europea tiene sede en Reino Unido

Informació­n adicional de Martin Arnold.

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