Un mundo nos vigila
En medio de la abrumadora oferta infor- mativa a la que estamos expuestos y de la intensidad de los hechos noticiosos que por estas fechas se registran dentro y fuera del país, es fácil quedar atrapados en lo inmediato y perder de vista lo importante.
Me refiero a la nota publicada esta semana por el diario The New York Times sobre la existencia de un proyecto gubernamental en Estados Unidos, creado para investigar encuentros entre elementos de las fuerzas armadas y objetos voladores no identificados, también conocidos como ovnis. Sí, ovnis.
Este es un buen momento para hacer una pausa y volver a leer el párrafo anterior con calma. ¿Listo? La investigación del Times revela detalles sobre el funcionamiento del Programa para la Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas, un proyecto dentro del departamento de la defensa a través del cual se han recolectado testimonios y pruebas documentales de lo que un ex oficial de inteligencia citado en la nota describe como las interacciones entre pilotos del ejército y objetos extraterrestres.
Entre las pruebas publicadas, destaca un video que muestra a un escuadrón de la fuerza naval estadunidense tratando de describir lo que tienen frente a sus ojos. Uno de los pilotos habla de un objeto que se mueve de forma aleatoria, en todas direcciones y a una velocidad asombrosa. El aviador explica que el aparato no tiene alas, ni tampoco una fuente clara de propulsión, en suma, describe un artefacto diseñado con tecnología que no está disponible en este mundo. El trabajo de los reporteros del New York
Times no intenta resolver el histórico debate sobre la existencia de vida más allá del planeta Tierra, lo que hace, y lo hace muy bien, es consignar por primera vez la existencia de un programa gubernamental dedicado a respon- der una serie de encuentros inexplicables.
La nota también expone los esfuerzos del Pentágono para mantener secretos varios aspectos del programa que, según la versión oficial, fue cancelado al no ser considerado una prioridad. El diario señala que el programa sigue funcionando y que el ex líder demócrata en el Senado Harry Reid impulsó la asignación del al menos 22 millones de dólares para su operación entre 2007 y 2012. Un porcentaje de estos recursos terminó en manos de Robert Bigelow, un hombre cercano a Reid que ha dedicado buena parte de su vida a probar la existencia de vida extraterrestre.
Es importante cuestionar cada aspecto de lo publicado por el Times, sobre todo en un tema que genera tanta polémica y tanto escepticismo, pero también es importante mantener una mente abierta ante una posibilidad que ha fascinado a generaciones enteras, la posibilidad de no estar solos en este universo.