EL ORIGEN DE LOS FESTEJOS NAVIDEÑOS EN HIDALGO
Uno de los elementos novedosos que se crearon en México fueron las posadas
Las celebraciones decembrinas entre las comunidades indígenas mantienen elementos prehispánicos tradicionales que se combinaron con la religión católica para dar como resultado un sincretismo en las festividades, así lo dio a conocer el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eduardo Merlo Juárez.
Las celebraciones navideñas tienen su origen en los primeros años de la época virreinal, cuando los frailes franciscanos y agustinos realizaron labores de evangelización en las comunidades indígenas, por lo que ante una cultura milenaria prehispánica en las civilizaciones de Mesoamérica, se incorporaron elementos nuevos en las celebraciones de Navidad.
Refirió que uno de los elementos novedosos que se crearon en México fueron las posadas, que tienen sus antecedentes en los indígenas que celebraban a Huitzilopochtli, dios de la Guerra de los Aztecas, a quien se le adoraba entre el 2 y el 26 de diciembre, por lo que los frailes adaptaron estas festividades a las celebraciones navideñas y las primeras posadas se desarrollaron en el, Estado de México, durante 1540 y que fueron formalizadas por el Vaticano en 1589.
El también arquitecto comentó que el Papa Sixto V autorizó a Fray Diego de Soria, superior de los agustinos, celebrar las posadas en un novenario previo en honor al nacimiento de Jesucristo y estas celebraciones han combinado danza, música y teatro, aunado a la entrega de dulces y piñatas, por lo que han sido replicadas en otros países como Estados Unidos, Colombia y Perú.
Agregó que las posadas se expandieron por todo el país y sirvieron como un elemento de evangelización para las comunidades indígenas de distintas regiones del país, entre ellos en Hidalgo, por lo que los pueblos originarios adoptaron estas festividades como propias con algunos alimentos tradicionales.
A estas festividades se unieron las llamadas pastorelas que son teatro catequístico que estaba dirigido a las personas que no sabían leer ni escribir para que aprendieran la doctrina cristiana y se centraba también en la vida de los santos cristianos, por lo que también ocurrió un sincretismo con las tradiciones indígenas, pues existía un modelo de teatro en el que todos participaban y no había público, por lo que fueron acogidas por los pueblos indígenas en la Nueva España.
Uno de los elementos desconocidos de la cultura indígena era el diablo, personaje que representaba la maldad y cuya figura no existía en las civilizaciones mesoamericanas, por lo que tuvo éxito en este sentido y por un momento la Iglesia Católica prohibió estas festividades, aunque de manera clandestina se realizaban escenificaciones.
Otro de los elementos tradicionales de la navidad que también adoptaron los grupos origina-
rios, fueron los aguinaldos que se convirtieron en dulces que se entregaron a los niños y que en zonas como la Huasteca se sustituyeron por frutas.
Sin embargo, también reconoció que otros elementos tradicionales del Virreinato han casi desaparecido como el peregrinaje de María y José en su camino a Belén, aunque estas actividades fueron implementadas para reemplazar a las celebraciones del Niño Sol, como se le conocía también a Huitzilopochtli, que se conmemoraba el 21 de diciembre.
El doctor en Arqueología sostuvo que los frailes católicos se percataron que las fiestas religiosas fueron aceptadas por los indígenas que mantuvieron ritos similares, pero en lugar de utilizar los nombres de sus dioses comenzaron a llamarlos como elementos católicos y con ello también se disipó la duda que tenían sobre si los indígenas tenían alma.
En las comunidades indígenas, explicó, se han incorporado algunos elementos a las posadas que representan parte de las tradiciones prehispánicas heredadas en cada región como la elaboración de tamales, moles y algunos dulces típicos que sirven para celebrar el nacimiento de Jesucristo.