Milenio Hidalgo

Frenan fiestas apoyo a asociación contra cáncer

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EIgnacio García/Pachuca l año ha terminado. Doce meses han transcurri­do desde la última vez que dijimos “Feliz año nuevo”, y el 2017 ha dejado varias toneladas de plástico en el centro de acopio de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) que ha permitido ayudar a los más de 100 niños que reciben algún tipo de ayuda asistencia­l, pero en el último fin de semana del año son pocos los que se acuerdan de los desfavorec­idos.

Unos cuantos automóvile­s transitan por las instalacio­nes de la AMANC. El panorama es desértico y contrastan­te, pues mientras en el centro de la ciudad está lleno de gente, en la sede de esta asociación son pocas las personas que pasan a dejar otellas de plástico, cuadernos, libros, revistas y periódicos, pero los vigilantes del centro de acopio reciben con una sonrisa a quien dona. “Esperemos que la próxima semana esté mejor, ahorita todos están preocupado­s con el año nuevo”, dice Ramón Bonilla Fuentes, un trabajador que ayuda a la AMANC los fines de semana, que afirma que 2017 fue un año positivo, porque recibieron más toneladas de plástico que vendieron para ayudar a la asociación civil que no descansa ni siquiera en año nuevo.

Mientras el sol calienta las ban- quetas, el centro de acopio luce la mayor parte del tiempo desolado, el olor a plástico caliente es lo que se alcanza a percibir, en tanto algunos perros merodean por el lugar para delimitar su territorio, y pese a ello la AMANC sigue abierta para recibir desechos de plástico y papel casi todo el año, a excepción de los días festivos, en los que la mayoría de las personas descansan.

A lo lejos se escuchan los vehículos del bulevar Felipe Ángeles que transitan a toda velocidad, pero en general el lugar permanece silencioso y los pájaros que se postran sobre las ramas de los árboles cantan sin cesar, dando tranquilid­ad a los vigilantes que saben que soportan el aburrimien­to por una buena causa.

Conforme avanza el día la temperatur­a comienza a disminuir y los vigilantes se resguardan, van a comprar algo de comer, alguna chuchería que burle al hambre temporalme­nte continuar con Centro de acopio se mantiene abierto a donadores. su jornada. Cuando la tarde ha llegado a su clímax es la señal para que se retiren y los vehículos que dejaron unos cuantos artículos fueron la cuota del penúltimo día del año.

Dicen que en los últimos días del año hay pocas personas, pero una vez que los niños regresen a clases será cuando reciban más objetos de plástico, por lo que se resignan a la temporada baja para cerrar el centro de acopio y esperan que 2018 sea mejor de lo que fue el año que se va y que se quedará como un registro más en los archivos generales de recolecció­n de la asociación.

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