Cuando el aumento al petróleo no es buena noticia
En los últimos meses el precio del petróleo se ha disparado. Hace unos días el barril Brent superó los 70 dólares por primera vez desde 2014. Dada nuestra condición de país productor y exportador del combustible podríamos pensar que esas son buenas noticias. Pero estaríamos equivocados. No solo no son buenas noticias sino incluso pueden ser malas.
La razón por la que no son buenas noticias es que nos beneficiaremos muy poco del alza en el precio del petróleo. Con todo y la fuerte contracción en la producción de crudo de los últimos años, México sigue extrayendo cerca de 2 millones de barriles diarios. Cualquier dólar de incremento en el precio del barril debería aportar cientos de millones de dólares de ingresos a las arcas públicas. Sin embargo, el gobierno decidió el año pasado comprar coberturas que garantizan el precio promedio de exportación de crudo en 46 dólares, lo que limita de manera significativa el beneficio de cualquier alza.
Debo reconocer que la decisión del gobierno de comprar coberturas hizo sentido en su momento. En ese entonces era imposible anticipar que los precios del combustible rebotarían como lo han hecho. Además, los años pasados habían sido muy malos para el petróleo. El gobierno no podía tomar el riesgo de que 2018 se repitieran las malas noticias y que pusieran el riesgo el presupuesto. Aun así, lo que podrían haber sido buenas noticas con el alza en los precios de mercado del petróleo no lo son.
El mayor problema es que las no buenas noticias pueden convertirse en malas. La razón es que el precio del petróleo está directamente ligado al de la gasolina.
El gobierno comenzó a liberar el precio de la gasolina a principios del año pasado. A pesar de ser dolorosa, la medida fue la correcta. El gobierno ya no puede darse el lujo de subsidiar el precio de la gasolina como lo hizo en el pasado. Mantener el precio artificialmente bajo llegó a costarle cerca de 200 mil millones de pesos en un año.
Gracias al llamado gasolinazo y al bajo precio del petróleo, el gobierno logró recaudar valiosos recursos en 2017. No obstante, dada la presión social por el aumento de precios, decidió aplicar una estrategia de “suavización” que le acabó costando 70 mil millones de pesos.
En este año electoral, el incentivo de subsidiar precios será aún mayor. Y si tomamos en cuenta el reciente fuerte incremento en el precio del petróleo, los recursos que tendrá que destinar el gobierno a mantener artificialmente bajo el precio de la gasolina serán mucho mayores. Destinar cuantiosos y valiosos recursos públicos para subsidiar la gasolina, esas sí serían malas noticias.