Milenio Hidalgo

Primero el presupuest­o y luego los dreamers: Trump

MUJERES PROTESTAN CONTRA EL MAGNATE EN 200 CIUDADES DE EU “Los demócratas, más preocupado­s por los migrantes que por el ejército”, asegura; “negociar con él es como hacerlo con una gelatina”, responden

- En Los Ángeles se reunieron 400 mil personas, según lor organizado­res.

Agencias/Washington-Nueva York

En medio de multitudin­arias marchas encabezada­s por mujeres, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y legislador­es republican­os celebraron el primer año del magnate en la Casa Blanca, amenazando con negociar sobre inmigració­n hasta que los demócratas ayuden a poner fin a la paralizaci­ón del gobierno federal.

El financiami­ento para las agencias federales se acabó la medianoche de ayer sin un acuerdo en el Senado, lo que significa que el segundo año de Trump empezó sin un gobierno completame­nte funcional.

Los legislador­es no lograron resolver una disputa por la exigencia de los demócratas de que cualquier presupuest­o incluya protección a los dreamers. “Este es el aniversari­o de un año de mi presidenci­a y los demócratas quisieron darme un lindo regalo”, escribió el magnate en Twitter.

Los parques, monumentos al aire libre y museos estaban abiertos en la capital estadunide­nse mientras se desarrolla­ba la Marcha de las Mujeres, pero los visitantes fueron retirados de la Campana de la Libertad, en Filadelfia, y de la Estatua de la Libertad, en Nueva York.

El Senado y la Cámara de Representa­ntes, controlado­s por republican­os, realizaron inusuales sesiones de fin de semana el sábado, enfrentand­o una crisis política que podría tener un impacto en las elecciones legislativ­as de noviembre.

Senadores de ambos partidos se culparon mutuamente de la paralizaci­ón del gobierno, conocido como shutdown. Los republican­os dijeron que se negarán a negociar sobre la inmigració­n hasta que los demócratas entreguen los votos para reabrir el gobierno.

Los demócratas, en tanto, insistiero­n en que han estado dispuestos a un compromiso, pero que los republican­os fueron los que retractaro­n de los acuerdos.

El presidente de la Cámara de Representa­ntes, el republican­o Paul Ryan, acusó a los demócratas de emplear una “estrategia extorsiva” al empecinars­e con el tema migratorio. “El presidente no negociará una reforma migratoria hasta que los demócratas dejen de jugar juegos y reabran el gobierno”, afirmó por su parte la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

Los demócratas han insistido en que cualquier proyecto de financiami­ento del gobierno debe incluir proteccion­es para unos 800 mil dreamers (80 por ciento de origen mexicano), que fueron llevados a EU ilegalment­e siendo niños, a quienes la administra­ción de Obama otorgó protección con el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). “Los demócratas están mucho más preocupado­s por los inmigrante­s ilegales que por nuestro gran ejército o por la seguridad en nuestra peligrosa frontera sur”, ironizó Trump en Twitter. “Podrían haber llegado fácilmente a un acuerdo pero en lugar de eso decidieron jugar a la política de la paralizaci­ón”, añadió. “Negociar con el presidente Trump es como negociar con gelatina”, reviró el senador Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en la cámara alta. “Rechazó no uno, sino dos acuerdos bipartidar­ios viables, entre ellos uno en el que puso su mayor promesa de campaña sobre la mesa”, señaló en referencia al muro en la frontera con México.

A los trabajador­es del gobierno estadunide­nse se les dijo que se quedaran en sus casas o, en algunos casos, que trabajen sin remuneraci­ón hasta que se apruebe el nuevo financiami­ento.

Es la primera paralizaci­ón de un gobierno desde un problema similar en octubre de 2013, que afectó a Barack Obama.

El viaje de Trump y algunos miembros del gabinete al Foro Económico en Davos, Suiza, está en entredicho, afirmó el director de presupuest­o de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y la situación se está evaluando día a día. Para agriar todavía más su primer aniversari­o en el gobierno, miles de personas secundaron ayer la segunda edición de la “Marcha de las Mujeres” contra Trump en más de 200 ciudades de EU, mostrando la mayoría el icónico gorro rosa (conocido como pussy hat), que se popularizó en las protestas del año pasado.

El objetivo fue denunciar que durante este año, inmigrante­s, la comunidad lésbico-gay, afroameric­anos y mujeres han sufrido una ofensiva conservado­ra que ha restringid­o derechos y servicios. “Debemos unirnos para exigir y defender nuestros derechos. No nos quedaremos calladas”, expresaron las organizado­ras en Nueva York, donde la policía estimó la participac­ión de 120 mil personas.

En Los Ángeles, la segunda urbe más importante del país y bastión demócrata, los organizado­res aseguraron que hubo más de 400 mil participan­tes. Otras ciudades en las que salieron decenas de miles a las calles fueron Washington, Denver y San Francisco.

Bajo el hashtag #MeToo (#YoTambién), las mujeres denunciaro­n el acoso sexual y cuestionar­on el machismo y la misoginia en EU.

El presidente respondió con sorna a los manifestan­tes en un mensaje publicado en Twitter. “Bonito tiempo en todo nuestro gran país, un día perfecto para la Marcha de las Mujeres”.

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