Milenio Hidalgo

“Goodbye Yellow Brick Road”… ¿El fin de una era?

- Susana Moscatel

Enterarme en el espacio de 24 horas que Neil Diamond ya no podrá continuar su carrera y que Elton John anuncia su gira del adiós me pegó mucho más de lo que me había dado cuenta. De pronto me empiezo a dar cuenta de que para muchos, los grandes músicos con largas trayectori­as son Bruno Mars o Gorillaz, quienes siguen dando giras exitosas pero ya no son considerad­os ni de lejos la vanguardia y quiero llorar.

¿Por qué? Porque ya ni siquiera los DJ´s son las grandes estrellas de la música (aunque siguen siendo estrellas en sus galaxias que ya van tirando más hacia las terceras décadas) sino que en la gran mayoría de las listas de popularida­d, que ahora suelen ser las más reproducid­as en

streaming, los reyes hablan reguetón. Todo esto podría sonar como un clásico lamento del pasar del tiempo, con todo y los insultos que vienen incluidos por algunos de los fans de la música urbana. De hecho sí es un lamento. Pero la realidad es que al ver convalecer a un hombre que marcó tantas vidas como lo es José José, no puedo dejar de preguntarm­e si es tan importante la profundida­d de un sentimient­o como el deseo sexual implícito por la seducción casi animal (no se enojen conmigo, yo no le puse perreo al baile) de lo que ahora se apodera de los oídos jóvenes del mundo.

Por supuesto que el Rock & Roll en sus inicios era sexo puro también. Pero saliendo de esos clubes donde la música era lo que más liberaba de una realidad de otra forma insoportab­le a la comunidad afroameric­ana, luego adaptada por Elvis, Jerry Lee Lewis y transforma­da por los Beatles y los Stones… no sé. Siento que con la vacuidad en términos políticos que estamos viviendo, no estamos viendo al arte reaccionar, por primera vez, a nivel de multitudes. Solo evadir. Y así regreso al retiro en tres años de

Sir Elton John. Está en todo su derecho. Hasta hace poco decía lo mismo que Paul McCartney. “¿Para qué me voy a retirar si amo lo que hago?”. Las prioridade­s cambian y los legados quedan para siempre, pero seamos honestos, ¿creen que el brinco de tantos que pasaron del buen pop a la música urbana los van a tener en nuestros corazones y como parte de la historia de sus tiempos en cuarenta años?

Elton, al menos, promete seguir componiend­o. Paul no va a parar hasta que definitiva­mente no pueda más. Billy Joel ya no siente que tiene nada nuevo que decir, a pesar de haber compuesto algunas de las mejores canciones pop/rock del siglo pasado (aunque seguirá presentánd­ose en el Madison Sq. Garden hasta que no haya público, lo cual no parece que vaya a pasar. Los Rolling Stones están hechos de materia no humana. Y segurament­e podemos pensar en algunos otros ejemplos del tipo. Agradezco la existencia de un Ed Sheeran, un Sam Smith, una Adele (aunque no le veo mucho aguante), y de varios otros talentos que podrían sacarnos de la costumbre de no querer sentir nada más que el trasero de quien este bailando al lado. ¿Pero les estamos dando el respeto que merecen? ¿Por qué no están en esas listas? ¿Creen que en unos 50 años puedan estar tomando decisiones como las de Elton o Paul? O seremos nosotros mismos quienes los retiremos. Qué cosa.

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