Electric Dreams: la joya de la televisión
Amo la televisión premium, la exquisita, la cara, la que tiene a los mejores actores del mundo, la que está escrita por manos expertas, la que está dirigida por los grandes maestros.
Obvio, no es para todos, porque para esto se necesita paladar, lectura, disposición.
Pero estoy convencido de que los mexicanos somos los mejores consumidores de contenidos de todo el planeta y de que, por lo mismo, podemos disfrutar de esto y más. ¿O qué, acaso aquí no hemos convertido en cañonazos globales emisiones como
Game of Thrones, Mad Men y Breaking Bad?
Hoy le tengo una recomendación gourmet, un boccato di
cardinali, una serie que hay que ver con calma, observando con detenimiento cada escena, cada parlamento. ¡Es una gloria! Por supuesto, me refiero a
Electric Dreams, que desde hace varias semanas está disponible, completa, en Amazon Prime Video.
Como estamos hablando de un nivel superior, se la voy a describir así:
De seguro usted, como yo, adora las obras del gran escritor estadunidense Philip K. Dick.
Este genio de la ciencia ficción escribió textos tan prodigiosos que acabaron convirtiéndose o en auténticas obras de arte, como la película Balde Runner, o en indiscutibles éxitos de taquilla como Minority Report.
Como usted sabe, un alto porcentaje del legado de Philip K. Dick son cuentos, cuentos de verdad. Quien entiende de literatura conoce la diferencia entre cuento y relato.
Varios de ellos fueron compilados en su idioma original en una libro bastante recomendable titulado Electric Dreams (Sueños eléctricos). No se consigue en español.
La serie Electric Dreams de Amazon Prime Video es la adaptación al cine, de muchas de esas magistrales narraciones.
Y digo, al cine, porque aquí estamos hablando de una categoría aparte. Cada capítulo, que cuesta una fortuna, tiene un presupuesto altísimo, una producción delirante, una dirección de arte ciento por ciento fabulosa y al menos a una
superestrella del firmamento internacional. Desde Bryan Cranston (Breaking Bad), Steve Buscemi (Boardwalk Empire) y Geraldine Chaplin (Doctor Zhivago) hasta Richard Madden (Game of Thrones), Greg Kinnear (Little Miss Sunshine), Vera Farmiga (Bates Motel) y Tuppence Middleton (Sense8). Pasando por Anna Paquin (True Blood), Sam Witwer (Star Wars, Rouge One), Chris Nolte (Batman, The Dark Knight), Luke Hope (Fantastic Beasts), Michael Haydon (The Crown), Justin Cosh (Kingman) y Liam Cunningham (Game of Thrones).
Para no hacerle el cuento largo, pocas veces alguien se toma la molestia de reunir un reparto de este tamaño para una serie de televisión.
Esto es un acontecimiento, un desfile de estrellas, de actores de primera y cuando usted los mire en acción, flotará de placer.
¿Qué es Electric Dreams? ¿Cómo es posible que tenga la carísima participación de tantas luminarias? ¿A qué le tira?
Esta es una serie de ciencia ficción estructurada con base en puros episodios temáticos. Cada capítulo de menos de una hora cuenta una historia que comienza y que acaba ahí.
¡Pero no sabe qué historias! Cada una es un golpe al sistema nervioso, porque, además, le da al clavo con lo que nos preocupa, con lo que estamos viviendo.
Y hay episodios que hablan de la realidad virtual, de la inteligencia artificial y del cambio climático, y otros que nos llevan a un futuro mucho muy lejano, al espacio exterior o la invasión total de nuestra privacidad.
No le quiero dar muchos detalles para no arruinarle esta experiencia, pero le ruego que por nada del mundo se pierda esto.
Muchas personas lo comparan con Black Mirror que, como usted sabe, también es una obra maestra.
A mí no me gusta mucho este juego, porque es como querer comparar a Game of Thrones con El señor de los anillos.
Funciona para un primer acercamiento, pero la verdad es que, como ejercicio de creación, tiene su propia identidad, su razón de ser, su estilo.
Ver Electric Dreams es ver ciencia ficción absoluta, increíble, inteligente, maravillosa. Usted se la merece. Usted la debe ver, compartir y discutir.
Si me acepta un consejo, solo consuma un capítulo por día para que lo saboree, para que lo digiera.
Le doy mi palabra de que no se va a arrepentir y de que, aunque estemos hablando de algo tan alucinante como una invasión extraterrestre, va a llegar un momento en que se va a identificar, en que va a cuestionar cosas fundamentales sobre nuestra identidad como seres humanos, sobre nuestro papel en el universo y, ¿por qué no?, sobre nuestro futuro.
¿Ahora entiende cuando le digo que esto no es para todos?
Si a usted, como a mí, le encanta la televisión premium, la exquisita, la cara, la que tiene a los mejores actores del mundo, la que está escrita por manos expertas, la que está dirigida por los grandes maestros, corra a ver ya Electric Dreams.
La va a amar. Se lo juro.