Se casan con las bellezas de CdMx
LLEGA HOY A LAS PANTALLAS Omar Chaparro, Marimar Vega, Ryan Carnes y el director Marco Polo Constandse destacan los valores de la capital, así como de la mujer
Libertad Ampudia/México
Más allá de ser una comedia romántica, La boda de Valentina es una carta de amor para nuestro país y las mujeres mexicanas, destacó el director Marco Polo Constandse, junto a los protagonistas Omar Chaparro y Marimar Vega.
Desde temprana hora los tres realizaban actividades de promoción del largometraje en el hotel St. Regis; con ¡hey!, compartieron algunas de las experiencias que vivieron en el rodaje y la importancia de reflejar la belleza de México.
“Para mí era muy importante tocar dos temas: que fuera una película de una mujer fuerte, cabrona, pero también encantadora y romántica, que así es para mí la mujer mexicana y, por eso, se vuelven locos por las mexicanas; lo mismo con México y, sobre todo, la capital, que está a nivel de cualquier ciudad del mundo o más”, dijo Constandse.
El filme retrata el triángulo amoroso entre Valentina (Marimar Vega), Ángel (Omar Chaparro) y Jason Tate (Ryan Carnes), un estadunidense en cuyos ojos se rescatan las cosas que a veces los propios mexicanos olvidan.
“He tenido la oportunidad de vivir fuera y, para mí, la cosa más privilegiada de eso es darte cuenta de todo lo increíble que tiene México”, mencionó el director. Omar aprovechó y dijo: “Uno a veces inhibe las cosas que tiene en su ciudad y no valora lo que tiene hasta que lo ve perdido”.
Sin embargo, coincidieron en que también es cierto el gran amor que tenemos por nuestro país. “Como Ángel, quieres presumir todo, que comes chile, que aguantas el tequila y los toques”, agregó el actor en referencia a diversas escenas del filme.
El largometraje muestra la belleza de Ciudad de México, sus lujosas avenidas, sus pequeñas cantinas, incluso la colosal Arena México, con todo y lucha libre; además de los mariachis, trajes típicos y la gastronomía tradicional.
Cuestionados sobre algunos de los momentos más divertidos de la filmación, los tres rieron y afirmaron: “O los más pior (sic)”. Marimar recuerda: “La boda no se podía filmar, porque llovía, pero mientras esperábamos nos la pasamos muy bien”.
Para Omar, una fiesta mexicana y su primera experiencia con aguardiente fueron memorables: “Hay una escena donde Valentina y Ángel llegan en un Uber borrachos, pero por alguna razón la escena no estaba machando; entonces, hacía mucho frío y Marimar traía un aguardiente, que yo en mi vida había probado”, contó.
Miró a la actriz y se disculpó: “Te voy a quemar tantito. Entonces, empezamos que un traguito, que otro drinkesito y, de repente el calor, y ya fluyó la escena muy bien, fue muy divertido (risas)”.
Constandse destacó la escena del clásico juego de los “toques, toques”. Entre risas y nervios, contó que Ryan y Omar debían tomarse de las manos y darse toques al mismo tiempo; pero, el equipo de producción había jugado con la caja previamente, dejándola en el nivel máximo sin querer. “Cuando se prendió casi se me electrocutan ahí, tiraron la mesa, yo juré que por ser americano Ryan me iba a demandar y que Omar, peleonero, me iba a pegar”, añadió. “Yo soy peleonero (risas)”, respondió el actor. “Bueno, boxeador”, corrigió. Ryan Carnes.