VIVE CAPITAL HIDALGUENSE EL CICLISMO NOCTURNO
Acudieron más de 600 deportistas al Parque Ben Gurión a la cuarta etapa del Cyclocross
Apenas oscurece y decenas de ciclistas de diferentes estados del país se han reunido en el parque David Ben Gurión para competir en la cuarta etapa del Cyclocross, que se desarrolla en seis categorías en una tranquila noche.
Con campanas se da el banderazo de salida de la competencia en la que participan más de 200 ciclistas de los estados de México, Tlaxcala, Puebla, Jalisco, Querétaro, entre otros, aunque 60 de los competidores son hidalguenses y muestran con orgullo su dominio sobre la superficie que rodea el pisal del parque David Ben Gurión.
Los competidores en la categoría Élite—que provienen de la Comisión Nacional de Deporte (Conade)—demuestran su condición física y saltan las bancas y las zonas elevadas de tierra que tienen pendientes pronunciadas rápidamente, mientras que el resto de los ciclistas cargan con dificultad sus bicicletas por el esfuerzo que requieren para subir.
En la categoría de mayor rendimiento deben completar seis vueltas y el resto de las divisiones son menores los recorridos que realizan. La escasa iluminación en el lugar es un factor adverso para ellos, quienes en algunos casos se confunden y tiran las vallas de papel colocadas para marcar el camino.
Hay ciclistas de diferentes edades, desde los niños de cinco años que apenas están aprendiendo a andar en bicicleta en una zona específica, hasta personas de más de 45 años que muestran una condición física que provoca envidia para algunos jóvenes que observan la manera en la que recorren la ruta de casi tres kilómetros.
Los primeros en cruzar la meta son Alfredo Pacheco en la categoría élite, mientras que en la femenil lo hace Ana María Hernández, quienes cruzan en menos de 15 minutos las seis vueltas y no lucen cansados, incluso se dan el tiempo de contestar las preguntas del conductor, a diferencia del resto de los competidores, quienes en algunos casos sacan la lengua o respiran con dificultad.
Después de Alfredo Pacheco le siguen en la rama varonil Mizrain Mora e Iván Lizardi, mientras que en la división femenil lo hace Joana Solano y Carolina Canavatti, quienes completan el podio y reciben por parte de los organizadores medallas simbólicas y premios en especie por parte de la empresa que convocó a los ciclistas.
También se rifa una bicicleta especial que tiene una estructura entre de montaña y de carrera, por lo que su rodada y sus medidas la valúan en más de 60 mil pesos, por lo que se convierte en el premio principal para los ciclistas.
Hay más ciclistas que público asistente, y las pocas personas que observan la competencia lo hacen porque conocen a los participantes, pero el conductor motiva al público a mover las campanas para alentar a los ciclistas a continuar, porque en algunos casos no pueden y se detienen e incluso son atendidos en la ambulancia por sufrir calambres, ya que no están acostumbrados al deporte de alto rendimiento.