La batalla por el SNTE
Que la maestra estaba enferma, muy viejita, que se cometía un acto inhumano; nada, trabajaba y se preparaba para regresar; la noticia: Elba ha regresado, con Liópez... lo que pasa cuando no armas bien tu carpeta de investigaciones y dejas prácticamente en libertad por mil errores a una delincuente
Gil piensa esto: engrandecidos por su regreso a la vida política de la mano de Liópez, Elba Esther Gordillo y su familia pelean la jefatura del SNTE. Ellos consideran que han sido despojados de algo que es de su propiedad, algo que Liópez les ha devuelto. Pas mal. Eso pasa cuando no armas bien un caso contra una delincuente. Así las casas (muletilla patrocinada por el invisible pero no por eso olvidable Grupo Higa), líderes y grupos afines a Elba Esther Gordillo han iniciado una ofensiva política y jurídica contra el SNTE que encabeza Juan Díaz de la Torre. Leguleyos que van y vienen declaran ilegal a Juan Díaz como líder. Que la maestra estaba enferma, que estaba muy viejita, que se cometía contra ella un acto inhumano. Nada, la maestra trabajaba y se preparaba para regresar. La noticia: Elba ha regresado, con Liópez.
Gil lo leyó en su periódico MILENIO, en una nota de Rafael Montes: “En su discurso inaugural del Congreso, Juan Díaz aseguró que el futuro del sindicato está a salvo de tentaciones de dirigentes que creen que la organización magisterial es de su patrimonio”. Gilga medita: si
Liópez ganara la elección, ya sabemos quiénes le ayudarán a desmantelar la reforma educativa. Todo ocurría en Puerto Vallarta mientras manifestaciones de elbistas protestaban afuera del Centro de Convenciones. Eso pasa, insiste Gamés, cuando no armas bien tu carpeta de investigaciones y dejas prácticamente en libertad por mil errores a una delincuente. De verdad, están viendo y no ven. Los fiscales que llevan el caso de La Maestra
Milagrosa han logrado lo inaudito: revivirla. Cierto, Liópez hizo lo suyo. Como se decía antes: ¡changos! Cuentan los que dicen que saben: un día Elba Esther Gordillo le quitó a Liópez la Presidencia, ¿le facilitará ahora el camino para llegar a Los Pinos? En fon. Por lo demás, la familia de La Maestra, es decir González Sánchez y Fujiwara, logró un acuerdo con Fox, otro con Calderón y ahora con
Liópez. No es poca cosa, señores, señoras y señeres.
Doscientos pesitos
Gil piensa (sigue la jactancia) que con intercampañas o sin ellas, Liópez demuestra su experiencia: entrevistas en su periódico MILENIO, en El Universal, con Gómez Leyva, con José Cárdenas, aquí y allá. Así impone su agenda, para que más que la verdad. Gamés no dejará de mencionar una de las fanfarronadas de Liópez: a veces no tengo ni para el taxi, traigo 200 pesitos en la bolsa, no soy corrupto. Para ser honestos tenemos que ser pobres, tener muy poco dinero. Y si Gil trae en la cartera sus buenos 10 mil pesos, qué: ¿es corrupto? Ya en serio, ¿nadie le preguntará a Liópez de qué ha vivido los últimos 20 años? Se lo preguntarán en los debates y él responderá que el pueblo bueno le dio monedas para comprar. Oigan esto: “Hay gentes que cometen errores en su vida y luego se reivindican (…) ¿por qué nosotros no vamos a permitir que la gente se reivindique, que se rehabilite?”. Gilga no sabe si Liópez será en el futuro director de cárceles, cura de confesionario ambulante o prefecto de secundaria, aunque también podría ser presidente, un presidente parroquial.
“No hago milagros, pero solo yo acabaré con la corrupción”. Si hay multiplicación de los panes, habrá disminución de los panes dulces corruptos. Este polvorón corrupto, desaparecerá en el acto. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: no meditó nada, por qué habría de meditar algo si Liópez no da ni un pensamiento pequeño: cero meditaciones.
El porvenir
Liópez está convencido de que vencerá en las elecciones de julio. También estaba convencido en 2012 y en 2006. Gilga supone que los candidatos dicen siempre cosas definitivas: ganaremos, México será una maravilla cuando yo sea presidente, todos seremos honestos, felices, bonitos. La noticia: las campañas empiezan y faltan 135 días para la elección. Oigan, un lema: Liópez no sabe fallar. Ay, mis hijos, ciegos de nacimiento.
Todo es muy raro, caracho, como diría Charles Peguy: El que no dice la verdad se hace cómplice de los mentirosos y falsificadores.