La furia de Trump
La anunciada reunión de Peña Nieto con el presidente de EU tiene muchos riesgos para México en materia de migración, seguridad y comercio
El libro Fuego y furia, en las entrañas de la Casa Blanca de Trump,
del periodista Michael Wolff, seguramente ya fue analizado con lupa por el presidente Enrique Peña Nieto, antes de la anunciada reunión con su colega estadunidense por el canciller Luis Videgaray.
El libro reveló la conducta impropia de un presidente, el caos reinante en el equipo de asesores y las críticas a la familia presidencial por parte del ex estratega Steve Bannon.
Trump intentó demandar al autor del libro por difamación, pero lo único que logró fue incrementar sus ventas a más de un millón de ejemplares, una semana después de publicarse.
El libro puede ser juzgado por falta de precisión, carecer de un análisis riguroso y ser un recuento de chismes, pero esas versiones ofrecen pistas al gobierno mexicano sobre los personajes que influyen en la visión de Trump hacia México.
De acuerdo con el libro, Donald Trump tiene los siguientes rasgos sicológicos: nunca se da por vencido y, como buen vendedor, reinterpreta la realidad con una visión positiva de sí mismo.
Añade que Trump ha tenido pocos amigos, su conducta es más cercana a la de una celebridad que a la de un político y está obsesionado por ser un hombre reconocido y famoso.
Es incapaz de hacer un examen profundo de sí mismo y, cerrado como es, tampoco permite que nadie sepa mucho de él.
Trump halaga a otros para ganar su apoyo, pero tan pronto cree que lo tiene se olvida de ellos. Disfruta conversando sobre sí mismo, sus logros e historias, pero se distrae con facilidad y es repetitivo en lo que narra.
A Trump no le gusta leer libros ni documentos. Ni siquiera los informes diarios de seguridad nacional reservados para los ojos del presidente. Cambia de opinión según lo que escucha de la última persona que encuentra (en esto Trump se parece a Vicente Fox, que no leía los documentos preparatorios de reuniones, pero en cambio escuchaba y repetía lo último que se le decía).
Agrega que Trump carece de escrúpulos, no pone atención a los detalles y habla de sí mismo en tercera persona. Evita que alguien de su equipo tenga demasiado poder (esto podría explicar por qué desautoriza públicamente a sus colaboradores por medio de tuits).
Al inicio de la administración hubo dos personajes claves en la relación con México. El primero fue Steve Bannon, quien quería cambiar radicalmente a Estados Unidos, en 150 días, a través de órdenes ejecutivas firmadas por Trump, que no requieren la aprobación del Congreso.
Una de las obsesiones de Trump desde la campaña electoral fue el tema de la inmigración mexicana. En la página 62 del libro se lee cómo Bannon solía mostrar mapas de cada estado de Estados Unidos comparando la migración de hace 50 años, proveniente sobre todo de países europeos, con la más reciente, dominada por migrantes de México.
Por supuesto, creo yo, a Bannon nunca se le ocurrió mostrar a Trump un mapa anterior a 1848 para educarlo sobre la frontera entre México y Estados Unidos.
El segundo personaje que todavía sobrevive es su yerno, Jared Kushner, ahora enfrentado con el jefe del gabinete, John Kelly, por la restricción que tiene para recibir documentos secretos.
Según el libro, Kushner representa los intereses de empresarios, es cercano a Rupert Murdoch y se ha ganado la confianza de su suegro no solo por los lazos familiares, sino porque nunca lo contradice, al contrario, solo lo elogia.
El libro describe a Stephen Schwarzman, presidente de la gigantesca firma inversora de fondos The Blackstone Group, como muy amigo de Kushner, organizador de un consejo asesor de negocios de Trump.
Según la agencia Bloomberg, este poderoso grupo financiero proporcionó más de 400 millones de dólares para respaldar negocios inmobiliarios de la familia de Kushner.
Creo que Schwarzman podría haber sido el contacto original de Kushner con el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray. Blackrock inició hace poco importantes inversiones en México en los sectores de energía y de infraestructura, como la venta de electricidad a México desde Texas, la construcción de una planta de energía en Guadalajara, así como la operación de la granja eólica Ventika, una de las más grandes de América Latina, entre otras.
Otra persona cercana a Kushner es Henry Kissinger, el ex secretario de Estado con Richard Nixon, a quien le pidió asesoría para asuntos relacionados con México.
En 1988, recién electo Carlos Salinas, el premio Nobel de la Paz escribió una columna intitulada “The rise of Mexico” (El ascenso de México) en la que auguró el fin del dominio del PRI y el inicio de un proceso más competitivo, en el cual reconoció que Estados Unidos es incapaz de influir.
La anunciada reunión de Peña Nieto con Trump tiene muchos riesgos para México en materia de migración, seguridad y comercio.
El asunto de los dreamers y el muro está estancado; sería inadmisible la presencia de policías armados en vuelos con destino a Estados Unidos, y no se han logrado acuerdos en todos los capítulos de la renegociación del TLCAN.
Por lo anterior, en las actuales circunstancias, la anunciada reunión (sin fecha) no tendría éxito y podría exponer otra vez al presidente de México a la humillación y furia de Trump. m