Cumple la semana huelga en la UAEH
Un ambiente tranquilo, pacífico, inclusive casi sepulcral en “guardias”
“Si no se resuelve la próxima semana no nos pagarán la quincena” “Parece que están de vacaciones, casi no hay gente”, opina gente
Las banderas rojinegras en los diferentes accesos de los planteles de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) permanecen ondeando con el viento de la Bella Airosa, sin embargo parece que careciera de vida: un ambiente tranquilo, pacífico, inclusive casi sepulcral. Las aulas llevan muertas una semana, la huelga sigue en pie y los más de 54 mil alumnos en la plantilla universitaria no tienen permitido el acceso a las instalaciones de la casa de estudio.
En las inmediaciones de cada uno de los planteles se encuentran las carpas de “guardia” de los agre- miados a los dos sindicatos de la universidad, todos en calma, sin generar conflictos y en espera de nuevas indicaciones de sus dirigentes sindicales, de quienes únicamente se sabe, “están en reunión, iban a tener una reunión de consejo a las 15:00 horas, y tendremos que esperar a que nos digan qué han logrado”, manifestó uno de los maestros.
Los docentes que se encuentran en las carpas mantienen guardas por turnos, mientras el único apoyo que reciben para mantener su estadía en las afueras de las instalaciones son: agua, comida, baños portátiles y de vez en cuando una visita de algún otro compañero maestro que llega a ver cómo están para después retirarse; finalmente esperan únicamente el relevo de su guardia para abandonar el recinto y regresar a casa.
La huelga no tiene fecha estimada de una resolución, por lo que si el tema no es resuelto antes del 15 de marzo, los agremiados de ambos sindicatos no estarían percibiendo el pago de la primera quincena de marzo, “es una huelga y tal vez algunos compañeros no lo saben, pero si no se resuelve la próxima semana no nos pagarán esta quincena”, manifestó una de las docentes en una de las “guardias”.
“Parece que están de vacaciones, casi no hay gente”, comenta una persona en las cercanía del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa), mientras espera el transporte público, “hasta es raro no ver a los estudiantes que están saliendo o entrando a sus clases”, responde su acompañante; situación que se repite en cada uno de los planteles que están en diferentes partes de la capital hidalguense y de la zona metropolitana.
Las banderas rojinegras ondean mientras los maestros que mantienen “guardia” en los planteles disfrutan de un bocadillo resguardados del sol bajo en las grandes carpas instaladas en los accesos de cada instituto.
A diferencia del lunes, ningún alumno acude a las puertas con la intención de entrar a su plantel para seguir sus estudios, la resignación de la huelga se percibe en cada uno de los espacios universitarios. Mientras los carteles instalados en las rejas y bardas de las instalaciones de la casa de estudios hidalguense piden mejorar las condiciones laborales, los alumnos están en casa, en plazas comerciales, en las calles, todos ellos superando a su manera la huelga y, como muchos jóvenes, lo hacen disfrutando la libertad.
Una estudiante sale de la carpa instalada en las afueras de uno de estos plantones de maestros, lleva en sus brazos una olla, seguramente llevó un poco de comida en apoyo a los docentes, una imagen poco convencional, ya que normalmente los estudiantes llevan en sus brazos libros, mochilas e incluso algunos proyectos de trabajo, pero así es la realidad de una huelga.