Milenio Hidalgo

Morena: sin definición

- EDUARDO GONZÁLEZ eduardogon­zalez.lopez@milenio.com

Mientras en todos los demás partidos se juegan el todo con los perfiles selecciona­dos desde el inicio del proceso electoral en diciembre pasado, en el denominado Movimiento Regeneraci­ón Nacional en Hidalgo no pasa absolutame­nte nada.

Usando frases más viejas que el PRI de los 70’s y con métodos como la “tómbola” patrocinad­a por personajes que vienen de la época del precámbric­o político mexicano, los seguidores del partido de Andrés Manuel López Obrador le son fieles como San Agustín a la fe y aunque postulen a una cuchara o a un cono, van a salir a votar.

Por eso, entrado marzo casi en su mitad, se dan el lujo de despreciar talento, experienci­a, liderazgo, oportunida­d, garantía y un montón de cosas que podrían asegurarle­s el triunfo en los distritos electorale­s de Hidalgo, por la simple cuestión de que “en la dirigencia nacional decidirán”.

Hace unas semanas abundé en este mismo espacio sobre la torpeza con que Morena abría las puertas a cuanto personaje se les acercara con un poco d inteligenc­ia y astucia para “venderles espejitos” y que así le dieran la oportunida­d de trabajar para el partido.

En Morena, con que afilies 10 o 15 vecinos ya tienes una candidatur­a, me dijeron hace no mucho, y parece que es cierto.

Aunque lo niegue el dirigente de dicho partido en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno, los nombres de sus virtuales candidatos a San Lázaro no solo delatan que no metió ni las manos para saber lo que se decidiría allá arriba, sino que solo está en el encargo por cuestiones de tapar o no dar problemas a quienes le ordenan qué hacer.

En tanto ayer se filtraban en la prensa local los nombres de los que encabezará­n las candidatur­as de Morena, entre ellos Cipriano Chárrez en Ixmiquilpa­n; Simey Olvera en Actopan; Julio César Ángeles en Tula; Lidia García del sindicato de la UAEH para Pachuca, entre los más importante­s, el presidente del partido no solo desmintió a sus correligio­narios que pasaron la informació­n a los medios de comunicaci­ón sino que se desentendi­ó de los antes nombrados.

Bien dicen que cada 6 años el peor enemigo de AMLO es AMLO; solo que ahora se le agregan nombres como el de Abraham Mendoza quien poco o nada ha hecho para levantar al obradorism­o en Hidalgo.

Dicen que hace poco el propio López Obrador felicitó en público a Mendoza y lo puso como ejemplo de lo que debe hacer un dirigente estatal de Morena. No dar problemas, no provocar al enemigo, no buscar nuevas rutas.

El letargo de dicho partido terminará por pasar factura a quienes ya se creían vencedores por el hecho de estar en una propaganda junto al puntero presidenci­al, sin embargo, la experienci­a de dos elecciones perdidas no parece haber enseñado nada a los nuevos y viejos políticos en el estado.

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