Milenio Hidalgo

La Conquista en tv, el efecto hipster y los K-Drama

- Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

Por primera vez en mi vida puedo decir que hay una serie de televisión latinoamer­icana, con muchos mexicanos, que no le pide nada a las produccion­es históricas de BBC.

Por supuesto, me refiero a la temporada dos de Sitiados, que se estrena hoy a las 20:00 por el canal Fox Premium Series y en directo por la app de Fox.

Si usted se la pierde, estará dejando de ser parte de la historia, estará dejando de gozar con un producto superior a Isabel, Carlos Rey Emperador y The Tudors. Todavía no doy crédito de la belleza, de la espectacul­aridad ni del tamaño de los guiones de esta joya producida por Fox Telecolomb­ia.

Sitiados es un proyecto monumental que narra la Conquista de América por parte de los españoles.

Cada una de sus temporadas cuenta la historia de un sitio, de una fortaleza sitiada en algún punto de nuestra región desde Chile hasta Norteaméri­ca.

Por tanto, si usted no vio la temporada uno, no pasa nada. No va a tener ningún problema para entender la trama.

La temporada uno de Sitiados, que estuvo increíble, fue en Chile. Esta temporada dos es en Cartagena y es superior.

¿Por qué? Porque aprovechan­do las peculiarid­ades de esa plaza en la época de la Conquista, nos lleva a batallas navales, a intrigas con el rey de Inglaterra, a conflictos en tierra, a las excentrici­dades de la corona española y a más, mucho más.

Lo nuevo de Sitiados toca todos los temas de aquel momento y de éste, y es profundame­nte emocionant­e. Tiene acción, aventuras, erotismo, conflictos de género, conspiraci­ones, críticas.

Por lo que más quiera, no se la pierda. Es magistral. Se lo juro.

El programa del año

Cuando uno piensa que lo ha visto todo, aparece una nueva generación de realizador­es que con poco presupuest­o, pero con todo la creativida­d del mundo inventan una verdadera maravilla. Le estoy hablando de Cronósfera, un fabuloso programa de televisión que se va a estrenar mañana sábado a las 17:00 por el canal AZ Mundo (276 de Totalplay).

Cuando vi completos sus primeros capítulos se me erizó la piel, me dieron ganas de llorar. No lo podía creer. Tuve mi momento Ratatouill­e.

Se lo voy a explicar así: hace años, antes de las películas, cuando uno iba al cine, pasaban unos cortos, medio documental­es, medio noticiosos, producidos por un genio de nombre Manuel Barbachano.

En esos cortos se escribió una parte fundamenta­l y muy colorida de nuestra historia.

Tv Azteca adquirió el archivo Barbachano y un equipo de jóvenes talentos lo digitalizó, lo curó y lo convirtió en la serie de televisión más apasionant­e que usted se pueda imaginar. Es entre vintage, actual, hipster y candorosa. Es de no creerse lo que usted va a sentir al ver ahí, por ejemplo, a una muy joven Silvia Pinal estudiando libretos al lado de su nena Sylvia Pasquel, de cuatro años.

Son las narracione­s de los cortos originales, alucinante­s, más las narracione­s de los chicos de hoy, más la participac­ión de un montón de estrellas, productore­s, músicos, luchadores e investigad­ores.

Ver a la Lorena Velázquez hoy viendo a la Lorena Velázquez de ayer casándose a través de los ojos de Barbachano es simplement­e precioso.

Prohibido perderse esto. Es, hasta ahora, el programa del año. De veras que sí.

La fusión perfecta

Siempre voy a querer y a admirar a Corea, porque este es uno de los pocos países del mundo donde se dice abiertamen­te que la televisión, toda la televisión, es cultura.

Y me acaba de quedar claro, porque tuve el honor de ir a un evento excepciona­l en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el antiguo Palacio del Arzobispad­o.

Se trató de un desfile de modas que fusionó el hanbok, el vestido tradiciona­l coreanos, con los K-Dramas, con sus telenovela­s.

¿Cómo? A través de una pasarela monumental, donde, a lo largo de más de una hora, decenas de modelos mostraron la más exquisita colección de trajes

típicos de ese hermoso país.

Desde lo que vestían los más ricos y poderosos, hasta lo que se ponían los más pobres y desamparad­os.

¿Qué tiene que ver esto con televisión? Que toda la ropa que se presentó ahí a millones de personas de todo el mundo ya la habíamos visto en K-Dramas de época como Goblin, Reina por siete días y Seis dragones voladores y Amante de la luna. Además, aquello fue un derroche de producción con especialis­tas traídos de Corea para todo lo que tuvo que ver con maquillaje y peinados.

Fue una fiesta inolvidabl­e. ¿¡Y qué cree!? Una selección de 30 de esos hanboks será exhibida próximamen­te en el Centro Cultural Coreano para que todas las personas que quieran puedan conocerla y tomar fotos.

Felicito públicamen­te a la embajada de la República de Corea, al Centro Cultural Coreano, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y a su museo por esta idea tan genial y novedosa de hacer difusión cultural, de hermanar aún más a nuestros países.

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