¿De dónde saldrá el dinero?
Faltan muchos detalles por conocer, pero de los comentarios que ha hecho López Obrador sobre sus planes de llegar a la Presidencia surge una pregunta obligada: ¿cómo le va a hacer para financiarlos?
De entrada, López Obrador ha dicho en varias ocasiones que piensa bajar el precio de la gasolina. Puede parecer atractiva esta propuesta. Sin duda sería popular. El problema es que el costo sería altísimo.
No hay que olvidar que el precio de la gasolina depende del precio del petróleo y que éste se determina por el mercado internacional. Por años la gasolina se vendió a un precio artificialmente bajo en nuestro país, lo que implicó miles de millones de pesos en subsidios públicos. A partir de 2017 el precio se comenzó a liberar, detonando los dolorosos pero necesarios gasolinazos.
Para bajar el precio en beneficio de los automovilistas, como pretende López Obrador,
habría que tomar valiosos recursos de otros programas. Los subsidios pueden hacer sentido en ciertos casos, pero no cuando benefician a quienes están relativamente mejor parados sobre los más desprotegidos.
Uno de los proyectos más relevantes que ha anunciado López Obrador es la construcción de refinerías. En principio, podría parecer atractiva esta propuesta. México importa gran parte de la gasolina que consume.
Sin embargo, construir una refinería puede costar miles de millones de dólares y sus márgenes de utilidad son mínimos. Es mucho más rentable para Pemex invertir en la extracción y venta de crudo que en la producción de gasolina. Además, la tendencia mundial es hacia coches eléctricos. ¿Realmente queremos hacer una apuesta multimillonaria en una fuente de energía del pasado? López Obrador también ha hablado de parar los contratos petroleros que se desprendan de la reforma energética, a la que ha calificado de un “engaño”. Si empresas privadas no aportan los cientos de miles de millones de dólares que se requieren para aprovechar nuestra riqueza energética, entonces ¿de dónde saldrán?
La matemática se complica aún más porque López Obrador ha prometido no subir impuestos. ¿Qué otras fuentes de financiamiento quedan? Se podría endeudar. Pero no hay mucho margen después del fuerte aumento en el nivel de deuda durante este sexenio. Ha hablado de obtener recursos mediante el combate a la corrupción y la reducción del gasto público. No será nada fácil y, de concretarse, serán insuficientes para financiar siquiera una parte de sus proyectos.
Es verdad, las campañas políticas se prestan para prometer sin explicar el cómo y los otros candidatos también son culpables de la misma conducta. Pero López Obrador es el puntero y merece un mayor escrutinio.