Clero: vocación de servicio combatiría delitos
ERedacción/Tulancingo ste Jueves Santo, Domingo Díaz Martínez, arzobispo de la Diócesis de Tulancingo, celebró la Eucaristía al interior del Centro de Readaptación Social (Cereso), donde aseguró que los fraudes, robos y la violencia disminuirán si en la sociedad se viviera con vocación de servicio. “Venimos a animarlos a que participen en la celebración de la misa, a que pase a comulgar, a que se vuelvan ayudantes de sus hermanos”, refirió en la homilía el arzobispo.
De igual manera, el clérigo a cargo de la Diócesis de Tulancingo hizo el llamado justo el día en el que la Iglesia católica rememora la institución de la Eucaristía, el pasaje bíblico de la Última Cena, la oración en el huerto y la aprehensión de Jesucristo.
Por ello, lavó y besó los pies a doce presos que representaron a los apóstoles, como muestra de su servicio pastoral a la Iglesia que incluye a todos los sectores de la sociedad, tal y como lo ha pedido el Papa “Una Iglesia de puertas abiertas”. “El hecho de lavar los pies a los discípulos fue un acto que Jesús hizo y nosotros también podemos hacerlo. Volvámonos servidores de los demás, esa es la enseñanza del Señor”, agregó Díaz Martínez.
Asimismo, dos sacerdotes e integrantes de la Pastoral Penitenciaria fueron parte del acto que se celebró en el patio principal de la cárcel de la demarcación, donde también hubo presencia de más reclusos que escucharon la misa, como parte de la Semana Santa, junto a sus familias. “A veces tenemos tristeza, angustia y pereza, pero sólo el Señor puede quitarlos; él nos da el alimento para superar las dificultades de la vida”, aseguró.
El arzobispo de Tulancingo fue reiterativo en la vocación del servicio al interior del Cereso. “Si quieren sacar un boleto para el Reino de los Cielos hay que ponerse a servir a los demás; hay que servir, todos tenemos la oportunidad de hacerlo”.
Por último, en este día en el que se instituyó el Sacramento del Orden Sacerdotal, Domingo Días Martínez aseguró que la Eucaristía es el alimento que se necesita para tener fuerza, vida y salud del alma.