WINNIE MANDELA, EX ESPOSA POLÉMICA DEL ESTADISTA
Indomable y carismática, la viuda de Nelson Mandela murió el lunes a los 81 años, siendo un icono como su esposo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, aunque su imagen se vio oscurecida por fraude y torturas
La vida de Nomzamo Winifred Zanyiwe Madikizela, conocida como Winnie, está ligada al primer presidente negro de Sudáfrica, con el que estuvo casada 38 años, incluidos los 27 que Nelson Mandela pasó en prisión.
Nacida el 26 de septiembre de 1936 en la provincia de Cabo oriental (sur), donde también nació Mandela, obtuvo lo que pocas mujeres negras entonces: un diploma universitario de trabajadora social.
Casada a los 21 años con el abogado Mandela, de 40, ya divorciado y padre de familia, el matrimonio se vería muy afectado por la lucha antirracial de su marido, cuya prioridad fue siempre la lucha por la nación y contra el sistema segregacionista blanco en Sudáfrica y Namibia conocido como apartheid (separación en afrikáans).
Muy pronto Winnie se quedaría sola criando a sus dos hijas, ya que tras la boda Nelson entró a la clandestinidad, siendo arrestado por primera vez en agosto de 1962. Según el semanario Le Nouvel Observateur (L’Obs), con Mandela preso, Winnie “se impuso como un icono de la lucha antiapartheid retomando la bandera de su marido. Contra viento y marea —agrega L’Obs—, “Winnie Mandela se convierte en una de las principales figuras del partido Congreso Nacional Africano (ANC), punta de lanza de la lucha antiapartheid. En 1976 llamó a los rebeldes preparatorianos de Soweto a “luchar hasta el final”.
Pero con el tiempo, Winnie Mandela se convirtió en un estorbo para el ANC. Cuando algunos presuntos “traidores” de la lucha contra el apartheid morían quemados vivos, ella declaró que los sudafricanos tenían que liberarse con “cajas de fósforos”. También creó una escolta personal, la llamada Mandela United Football Club (MUFC), conocida por sus métodos brutales.
En 1991 fue declarada culpable de complicidad en el secuestro de Stompie Seipei, un militante antiapartheid. Fue condenada entonces a seis años de prisión, una pena que luego fue conmutada en multa.
En 1998 la comisión Verdad y Reconciliación (TRC), que estudiaba los crímenes políticos del apartheid, declaró a Winnie “culpable política y moralmente de importante violaciones de los derechos humanos” cometidas por el MUFC. “Grotesco”, dijo entonces.
En 1994, tras la primeras elecciones multirraciales en Sudáfrica, fue nombrada ministra de Cultura, pero al año siguiente fue expulsada del gobierno de su propio marido por insubordinación.
Expulsada también del ANC y condenada de nuevo en 2003 por fraude, Winnie volvió a la política en 2007 como miembro del comité ejecutivo del partido, la instancia que dirige el ANC. Nunca fue ajena a las contradicciones: fue una gran defensora de los pobres pero llevaba una vida de lujo.
La imagen de la pareja Mandela, andando unidos de la mano cuando Nelson salió de prisión, dio la vuelta al mundo. Pero la pareja se alejó y terminó separándose en 1996 tras un proceso que puso al descubierto las infidelidades de Winnie.
A su muerte en 2013, Mandela no le dejó nada en herencia y Winnie llevó el caso a los tribunales para intentar recuperar, sin éxito, la casa familiar de Qunu (sur).
En sus últimos años Winnie fue considerada de nuevo “madre de la Nación”. En marzo apareció bromeando con Cyril Ramaphosa, el presidente sudafricano, que la visitó en su casa en Soweto, el antiguo gueto negro donde vivió.