Una respuesta digna, con riesgos, pero digna
Solo hay algo peor que una película apocalíptica, una postapocalíptica.
Ayer le apuntaba en este espacio que ante la última ofensiva de Donald Trump, la de militarizar la frontera y la intolerable argumentación para hacerlo, al gobierno de México no le quedaba más que fijar una posición digna y tajante que solo podía estar a cargo del Presidente de la República.
Por hoy, le decía, me quedo con el pronunciamiento que en forma unánime hizo el Senado condenando trato, dichos y acciones de Trump contra México, rechazando la militarización de la frontera, que calificó como un agravio más.
Si el presidente Peña Nieto necesita otro argumento para fijar posición, además de la militarización de la frontera, ahí tiene el pronunciamiento del Senado.
Y ayer, el presidente Peña Nieto, que había dicho la víspera que la posición la fijaría la cancillería, sorprendió con un mensaje que no había dado, dirigido a los mexicanos pero directamente al presidente de Estados Unidos cuando le dijo:
Presidente Trump, si usted quiere llegar a acuerdos con México, estamos listos (…) Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos. No vamos a permitir que la retórica negativa defina nuestras acciones. (…) Evocando a un gran presidente de Estados Unidos: no tendremos miedo a negociar, pero nunca vamos a negociar con miedo (…) Estamos listos para negociar, sí, pero siempre partiendo del respeto mutuo (…) tenemos la certeza de que nada ni nadie está por encima de la dignidad de México.
Y así, en cuatro minutos y medio, Peña Nieto fijó la posición más clara y tajante de un presidente de México a un presidente de Estados Unidos en los tiempos modernos.
Y aunque haya quienes teman la reacción, es mejor responder con dignidad que vivir en la incertidumbre, la agresión y la falta de respeto.