EU Y EUROPA ESTUDIAN OPCIONES CONTRA ASAD
Dos periodistas franceses, Marc Semo y Allan Kaval, expertos en Oriente Medio y Europa del sudeste, hablan con internautas del nuevo escenario que se abre para Damasco con la caída del último bastión rebelde de Guta
Francia, uno de los países más involucrados en el conflicto sirio, desde 2011, sigue con atención el escalamiento de la crisis desatada desde el fin de semana, ante el presunto ataque químico del ejército de Bashar Asad contra Duma, la última ciudad rebelde en la provincia de Damasco, que Siria y su aliado militar Rusia rechazan, pero que EU y las principales potencias occidentales aseguran.
Dos periodistas del vespertino francés Le Monde expertos en el tema respondieron en un chat a las preguntas de los internautas, cuando la recuperación ayer de la devastada ciudad de Duma, en Guta Oriental, alguna vez cordón agrícola de la capital siria, corona el proceso de recuperación del poder del presidente sirio, involucrada desde hace siete años en aplastar una rebelión interna alentada desde el exterior por Estados Unidos, Turquía, Francia y Arabia Saudita y combatida por Damasco con apoyo ruso e iraní.
El presunto ataque químico del 7 de abril desató vivas tensiones entre Rusia y EU, por lo que los periodistas Allan Kaval y Marc Semo abordaron la situación cuando es posible también, afirman, que el gobierno de Emmanuel Macron se involucre ya que “París no ha dejado de recordar que no puede aceptar la banalización del empleo de las armas químicas” y Macron ha hablado claramente de “una línea roja”. Al respecto, Marc Semo, especializado en Europa del sudeste, estimó que tanto “la credibilidad de Macron como la de Washington están en juego. Pero el marco, la duración, la amplitud de la operación están aún en discusión. Se trata de no limitarse a un ataque puntual como el realizado por Estados Unidos hace un año [7 de abril de 2017] sino, a la vez, evitar una escalada”.
A la pregunta de cuáles son las pruebas del uso del arma química en Duma, Allan Kaval, corresponsal de Le Monde en Erbil, Irak, dijo que “hasta ahora, no es posible recoger las pruebas materiales de manera independiente. Habrá que poder recolectar muestras en el sitio del ataque —una casa habitación— y en los cuerpos. Pero la zona está por el momento bajo control ruso”.
Sobre qué legitimidad internacional tendría un ataque occidental contra las fuerzas sirias, Semo opinó que “ese es un problema”. “La violación por Damasco de sus compromisos en el seno de la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAC) no basta como base legal para una intervención sin mandato del Consejo de Seguridad de la ONU”. Pero, añade, “la participación en los ataques de la coalición occidental en Siria contra el grupo yihadista Estado Islámico estaba justificado por la amenaza directa que representaba. Pero el arma química no es una amaneza directa para Francia”.
¿Qué queda de la rebelión?, preguntó otro internauta, a lo que Allan Kaval respondió: “Los grupos armados designados bajo la expresión de Ejército Libre sirio nunca llegaron a ser una entidad militar unificada. Tras la caída definitiva de Guta, quedan bolsones rebeldes en las zonas dominadas por el régimen. Estos pequeños territorios pueden ser recuperados rápidamente, por las armas o a través de acuerdos de rendición”.
“La violación de Siria en materia de armas químicas no basta para una intervención”