UNA OPERACIÓN METICULOSA PARA NO MOLESTAR A RUSIA
Pese al tono usado por Trump contra Moscú, en su ataque de ayer EU fue puntilloso, en una acción que puede obligar al Kremlin a responder “con mucho ruido” y nada concreto
Donald Trump no se cansa de denunciar el apoyo de Moscú al régimen del presidente Bashar Asad, pero Estados Unidos, Francia y Reino Unido se han preocupado de evitar las bases rusas durante su operación militar conjunta en Siria.
“El ataque químico de Asad y la respuesta de hoy son el resultado directo del incumplimiento de Rusia de sus promesas”, dijo el presidente estadunidense al anunciar que había autorizado ataques contra objetivos sirios.
Se estaba refiriendo al acuerdo para desmantelar el arsenal químico sirio aprobado en 2013 por Barack Obama, con el mandatario ruso Vladímir Putin. A cambio, el predecesor de Trump había renunciado a bombardear al régimen de Damasco a pesar de que había traspasado la “línea roja”.
Esta vez, se trató de un ataque químico atribuido a tropas del gobierno, el sábado 7 de abril en Duma, cerca de la capital siria, el que dio pie a la operación lanzada la madrugada del sábado después de una movilización de la comunidad internacional, ya conmocionada por el horror de una guerra civil que se ha cobrado más de 350 mil vidas desde marzo de 2011.
“Las naciones del mundo pueden ser juzgadas por los amigos que tienen. Ninguna nación puede tener éxito a largo plazo promoviendo estados forajidos, tiranos brutales y dictadores asesinos”, dijo Trump. “Rusia debe decidir si continuará en este oscuro camino o si se unirá a las naciones civilizadas como una fuerza de estabilidad y paz”.
A pesar de estas acusaciones, la operación militar contra Siria ha permanecido limitada, y los occidentales se han ocupado expresamente de evitar golpear a las fuerzas rusas, presentes masivamente en el país como aliadas de Asad.
Esto se ejecutó así para evitar una escalada militar peligrosa con consecuencias impredecibles entre las dos grandes potencias, en momentos en que las relaciones Moscú-Washington se encuentran deterioradas también por el caso del ex espía ruso Sergei Skripal envenenado por un agente tóxico el 4 de marzo en Salisbury, Inglaterra.
Los últimos días han estado marcados por un aumento de la tensión entre la Casa Blanca y el Kremlin que ha llevado a la ONU a emitir varias advertencias.
“Hemos identificado específicamente estos objetivos para reducir el riesgo de involucrar a las fuerzas rusas”, dijo a la prensa el Jefe de Estado Mayor Joe Dunford, el viernes por la noche.
Tras los ataques occidentales contra Siria, ¿qué hará Rusia? Una escalada militar parece poco probable y Moscú debería conformarse con protestas diplomáticas, según los expertos.
En una primera reacción, Putin denunció con contundencia los ataques pero no anunció ninguna medida concreta de represalia, limitándose a solicitar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
“No creo que haya una escalada [entre Rusia y Estados Unidos]. El objetivo principal era hacer una demostración de fuerza, pero Washington eligió sus blancos con mucho cuidado para que la situación no se fuera a salir del todo de control”, considera el experto ruso en geopolítica Fiodor Lukianov, cuestionado por la agencia TASS.
El responsable del Instituto del Diálogo de Civilizaciones Alexéi Malashenko comparte esa opinión. “No escuchamos nada sobre posibles ataques en respuesta. Esta cuestión no está de actualidad. Casi todo el mundo está de acuerdo en que es imposible una respuesta militar de Rusia, sería muy peligroso y podría conducir a un resultado contrario al que se busca”.
“No se plantea una respuesta de tipo militar”, considera también Alexander Shumilin, del Centro de Análisis de Conflictos en Oriente Próximo del Instituto de Estados Unidos y Canadá.
Para Shumilin, “los ataques occidentales fueron precisos, no se infligió ningún daño a Rusia ni a ciudadanos rusos. Por eso solo puede responderse en el dominio político, con la información y la propaganda”.
“De momento no hay respuesta posible por parte de Rusia: la condena, convocar al Consejo de Seguridad de la ONU, protestas... Es difícil hacer más”, insiste Shumilin.
“Habrá mucho ruido, numerosas declaraciones, pero ninguna acción concreta. De hecho, Rusia no puede hacer nada. Habrá una reacción de Rusia en la ONU, pero eso no tiene ninguna importancia”, considera Malashenko, para quien “Rusia quedó en evidencia”.m
Una respuesta militar rusa sería muy peligrosa y conduciría a un resultado contrario al que se busca