A favor de ceder órganos, 73.8% de los mexicanos
Diputados discutirán una reforma para que todos los mayores de 18 años sean donantes
Siete de cada 10 mexicanos (73.8 por ciento) están dispuestos a donar sus órganos después de morir, mientras que 13.8 por ciento no lo haría, principalmente porque consideran que en México hay tráfico de órganos y creen que eso los pone en riesgo o porque no quieren que alguien cause molestias a sus familiares después de fallecer.
De acuerdo con una encuesta llevada a cabo por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados, 69.2 por ciento de los ciudadanos consultados donaría todos sus órganos, mientras que 0.8 por ciento solamente los riñones; 0.2 por ciento, el corazón; 0.2 por ciento, el hígado, así como 0.1 por ciento los pulmones, el páncreas y las córneas.
En ese contexto, el pleno de la Cámara de Diputados se alista para discutir y votar en su sesión de mañana las reformas a la Ley General de Salud para definir como “presuntos donadores” a todos los adultos mayores de 18 de años, con excepción de quienes manifiesten expresamente lo contrario o queden excluidos por razón de usos y costumbres o creencias religiosas.
No obstante, el sondeo realizado por el Cesop señala que más de la mitad de la población (52.3 por ciento) no donaría sus órganos en vida, aunque casi cuatro de cada 10 (37.3 por ciento) sí lo haría y uno de cada 10 no sabe o no quiso contestar.
Entre quienes estarían dispuestos a donar sus órganos en vida, 25.4 por ciento lo haría solo si el órgano o tejido es para un familiar; 10.4 por ciento manifestó que está dispuesto a dárselo a cualquier persona y 0.4 por ciento dijo que solo a sus amigos.
Asimismo, una tercera parte de los ciudadanos consultados (32.2 por ciento) estaría dispuesta a donar los órganos de algún familiar fallecido, pero no la cuarta parte (26 por ciento) y casi la sexta (15.6 por ciento) no lo sabe.
Entre las causas por las que no sabe o no donaría los órganos de un familiar fallecido destacan “porque desconozco la voluntad de mi familiar fallecido” (20.3 por ciento), “porque no es mi decisión” (15.9 por ciento), “porque no sé a quién se los van a dar” (1.4 por ciento) o por otras razones diversas.
Del 73.8 por ciento de los encuestados dispuestos a donar sus órganos después de morir, la abrumadora mayoría (61.9 por ciento) expuso como principal razón “ayudar a otras personas”, 6.9 por ciento, “porque si yo lo necesitara, me gustaría que alguien me lo donara”; 2.1 por ciento, “para trascender después de la vida”, mientras que el resto expuso otros argumentos o no respondió.
A la pregunta “¿Cuenta usted con la credencial de donador de órganos que emite la Secretaría de Salud?”, siete de cada diez (68.3 por ciento) contestaron “no” y solo 5.2 por ciento afirmó tener ese documento.
También siete de cada diez (68.3 por ciento) sostuvieron que es poca o insuficiente la información sobre donación y transplante de órganos disponible en México.
Apenas 5.2% tiene la credencial que emite la Secretaría de Salud para ese acto altruista