El Prife y sus amigos
Después de la decisión que el Tribunal tomó con El Bronco, a Gilga no le llamaría la atención que aprobaran las firmas de Ríos Piter, depende de lo que digan en Los Pinos, en el cuarto de guerra de Mit y en el PRI, como lo oyen
Sin mayor preángulo (así se dice), Gil entra en materia: Armando Ríos Piter ha dicho que le parece “positivo que Jaime Rodríguez Calderón figure en la boleta. Se debe a una buena manera plantear sus derechos y de los que le dieron su firma”. Gil no hesitó: al
Jaguar le parece “positivo” porque él podría ser un tramposo más en la boleta. El Tribunal ordenó al INE aplazar la revisión de las firmas. Así las casas (muletilla patrocinada por el invisible pero no por eso olvidable grupo Higa), Ríos Piter tiene alta posibilidad de que su nombre aparezca en la boleta y así colaborar al enrarecimiento de la elección presidencial: “Respeto las decisiones del Tribunal, estamos ahora con la razón que nos dio y cumpliendo la parte que nos toca, que es acudir al INE y desahogar la audiencia”.
Después de la decisión que el Prife, o como se diga, tomó con El Bronco, a Gilga no le llamaría la atención que aprobaran las firmas de Ríos Piter. Depende de lo que digan en Los Pinos, en el cuarto de guerra de Mit y en el PRI, como lo oyen. Gamés no tiene los pelos de la burra en la mano, pero mantiene intacta su capacidad de inferencia: en un acto de tumultuosa necedad, el presidente Peña considera que entre más candidatos lleguen a la boleta, más posibilidades tiene
Mit de crecer. De paso, el Prife, o como se diga, ha arrastrado en empedrado la figura de los candidatos independientes. Dos pájaros de un tiro. Y de propina, cadenazos en el callejón con el INE. Vamos bien, muy bien. No dejen de seguir operando con tanta sutileza a favor de Mit.
Bronquígula
Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y caviló: en un acto democrático sin precedentes, Gilga propone que suban a la boleta al caballo del Bronco. No un caballo senador, eso es muy común, un probable caballo presidente. Señor presidente Caballo, lo felicitamos por controlar la violencia y desterrar la corrupción. Todo había empezado cuando en el debate el candidato Caballo derrotó a sus adversarios con relinchos y reparos. En fon.
Debido a la tardanza, El Bronco no aparecerá en spots sino hasta el 19 de abril, cuando tendrá acceso a los promocionales que le corresponden. Precioso, spots para un estafador. Gilga recapitula: un truhán logra hacerse de la gubernatura de Nuevo León, luego intenta ser candidato presidencial independiente, lo logra mediante todas clase de trapacerías, el INE lo sanciona, pero cuatro magistrados del Prife, o como se diga, le ordenan al INE, mediante las más estrafalarias razones jurídicas, que ponga el nombre del Bronco en la boleta. Con ustedes, uno de los grandes monstruos de la joven democracia mexicana, una mezcla de zombie, vampiro, hombre lobo y mapache. Es que de veras. Luego vendrá Liópez a decir, y no sin razón: ¿podemos confiar en ese Tribunal al servicio de la mafia del poder? Se los dije. Gilga lo sostiene una vez más: el compromiso democrático de los actores políticos, cercano a cero. Solo el INE se ha comprometido con la democracia: está solo, asediado, amenazado. Oh, sí.
Carteristas
Dice Liópez en Twitter: “Tengo información de que los de la mafia del poder mandan robar carteras en nuestros eventos para despojar a la gente de la credencial de elector. No dejes de participar, pero cuida tu credencial que es la única arma que tienes”. Ji ji. Gilga se imaginó a Salinas y a Claudio X. González en una solemne reunión. Salinas le dice a Claudio: ¿ya está listo el ejército de carteristas? Sí, Carlos, tenemos a los mejores, traídos de los vagones del Metro, microbuses, mercados populosos, hombres con dedos de seda que roban y roban carteras a mansalva para extraer de ahí las credenciales de elector con las cuales cometeremos un fraude genial: muajajaja. Ay, Dios mío de bondad, tratar a las personas como si fueran tontas es un arte menor, pero muy efectivo. Por cierto: ¿dónde está la cartera de Gilga? Devuélvansela, no jueguen.
Engaño
Gil lo leyó en su periódico MILENIO. Si alguna vez ustedes se han sentido engañados o engañadas, piensen ustedes en este pobre hombre: “Un marroquí casado desde hace 35 años y de profesión maestro, le exigió el divorcio a su esposa y la denunció luego de enterarse de que ha sido estéril toda su vida. El marroquí es padre de 9 hijos”. Hay de engaños a engaños, medita Gilga, repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio. Todo es muy raro, caracho, como diría François Mauriac: No siento el menor deseo de jugar en un mundo en el que todos hacen trampa.