Abróchense los cinturones
Si todos los candidatos declinaran a favor de Anaya, apenas así derrotarían a Liópez por una nariz; es verdad que las encuestas se han equivocado en el pasado, y mucho, pero un error de 22 puntos es sencillamente inimaginable
Gil declara enfático: este arroz ya se coció, y además hicieron paella, agua de horchata, arroz con leche y miles de bolsitas para arrojar semillas a la salida de la iglesia, después de las bodas de Liópez con el pueblo. Oh, sí. La encuesta de su periódico Reforma y otras le dan a Liópez una ventaja irremontable. La de Reforma: Liópez: 48%, Anaya 26%, Meade 18%, Margarita 5%,
El Bronco 3%. Si todos los candidatos declinaran a favor de Anaya, apenas así derrotarían a Liópez por una nariz. Es verdad que las encuestas se han equivocado en el pasado, y mucho, pero un error de 22 puntos es sencillamente inimaginable.
Gilga caminó sobre la duela de cedro blanco y meditó: Liópez está, además, en zona de mayoría. Si gana, y ganará, el priismo se pondrá a las órdenes del Presidente para ofrendarle un ramo de mayoría en el Congreso. Los nietos en las rodillas de su abuelo: cuéntanos un cuento, abue. Gil iba a escribir se los dije, pero la verdad es que no dijo nada de nada. El PRI se acerca a su virtual desaparición y Morena se convertirá en el partido hegemónico. Mira por dónde.
La estrategia
Gil montó en el sillón y en cólera: este es el resultado de la estrategia genial de Los Pinos, el cuarto de guerra del señor Mit y el PRI. Atropellaron a Anaya usando a la procuraduría y todo cuanto tuvieron a su alcance, impulsaron en la boleta a independientes que no cumplieron con las reglas e hicieron trampas, le impidieron crecer y perdió 6 puntos. ¿Quién los ganó? Liópez, sin despeinarse, se los dejaron como se hacía antiguamente con la leche, en la puerta de su casa. Mit no creció ni un pelo. Estos sí son unos genios, lo demás son pedazos. Si lo hubieran planeado no les habría resultado milimétrico.
Gil imagina a dos estrategas del candidato Mit: esto es muy fácil, vamos a replicar el Estado de México, así ganamos, volveremos a ganar, aquí todo es Toluca. Alguien responde: qué estrategia más bien armada. Pero antes hay que deshacernos del niño. Y miren. En el caso de que no lo haya hecho, el presidente Peña debe inducir una especie de pacto con Liópez y sus amigos, por un lado, y Felipe Calderón preguntarle a su compadre Germán Martínez cómo viene la mano de lado de allá. El espurio no se olvida así sin más. Recuerden que no habrá venganzas, pero sí justicia.
El viaje
Un amigo que no malquiere a Gilga ha dicho que el viaje en la máquina del tiempo empieza: de regreso a los 70. Nacionalismo revolucionario, desarrollo estabilizador, crecimiento sostenido, precios de garantía y un presidente con mano dura. ¿Quién será el director del Ceestem? Gil se refiere al Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo. ¿Quién preparará el agua de chía, quiénes bailarán en el ballet Las Palomas? Ah, la memoria, esa revelación en llamas (poetry). Apellidos epifánicos: Moya Palencia, Rabasa, Margáin, Bracamontes, Torres Manzo, Sánchez Vargas. Gil pregunta: ¿estábamos mejor cuando estábamos peor?
Marcos
¿Alguien se acuerda del subcomandante
Marcos? Él se acuerda de sí mismo y de que se cambió el nombre, ahora se llama
Galeano. En una conferencia en la que reconoció el trabajo de Marichuy y las firmas que obtuvo para su candidatura independiente dijo que “la izquierda institucional está embriagada celebrando un triunfo que aún no tiene en la mano, que no se da cuenta por dónde viene el fraude y no tiene un plan B (….) la aceptación de Margarita Zavala y El
Bronco como candidatos presidenciales independientes le están marcando por dónde va el fraude”.
Marcos-Galeano, inflado como pastel en el horno de los progres, invento de
La Jornada y de un grupo de ilustrados fashion, ¿qué ha hecho por los indígenas? Los ha hecho más pobres. ¿Un fraude para volarse 22 puntos de ventaja? No manchen. Así las casas (muletilla eterna del Grupo Higa), abróchense los cinturones que habrá turbulencias en el despegue.
¿Podría ocurrir algo que revirtiera la tendencia ganadora de Liópez? Un amigo dio la respuesta: sí, si se descubre que torturó y mató a su mamá.
Todo es muy raro, caracho, como diría Cicerón: La victoria es por naturaleza insolente y arrogante.