Milenio Hidalgo

¿Quien ganó no ganó?

¿Todos contra Liópez? Sí, ¿qué esperaban? ¿Que le pusieran un puente de plata al puntero? Los candidatos asediaron a López Obrador y él no tuvo ni la inteligenc­ia ni la gracia ni la rapidez para contestar a sus adversario­s... eso pasa cuando repites como

- Gil Gamés gil.games@milenio.com Gil s’en va

Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil meditaba en la victoria de Ricardo Anaya en el primer debate presidenci­al. Gilga pensaba que sería un encuentro de trámite en el cual Liópez pasaría como Pedro por su casa. Sí fue Pedro, un hombre extraño, incapaz de responder a nada y no pasó por su casa. Pedro caminó sobre brasas. ¿Todos contra Liópez? Sí, ¿qué esperaban? ¿Que le pusieran un puente de plata al puntero? Los candidatos asediaron a Liópez y él no tuvo ni la inteligenc­ia ni la gracia ni la rapidez para contestar a sus adversario­s. Eso pasa cuando repites como un loro diez frases.

Ricardo Anaya atacó bien y con fuerza, hizo su trabajo; a Gamés el desempeño de Meade no le pareció mal, pero no se puede ser el candidato de un partido infame y candidato de un Presidente que tiene menos de 20% de acuerdo en un país donde tres estudiante­s de cine aparecen salvajemen­te ejecutados y diluidos en ácido. Mit se ha bajado del tren, hasta la vista, señor Mit. El Bronco, contratado, si le permiten la figura laboral a Gilga, para atacar a Liópez es la vergüenza de la democracia mexicana. Y Margarita lo intentó, pero la pregunta otra vez resuena aquí y allá: ella no ganará, pero al parecer le gustaría que ganara Liópez antes que Anaya. ¿Eso quiere?, cada quien sus campañas, sus tácticas, sus frentazos. La cerca y el cerco El trámite se convirtió en un cerco de preguntas que Liópez no contestó, prefirió el silencio, o el ademán y el gesto. ¿Le alcanzará a Anaya para acercarse lo suficiente a su adversario? Segurament­e no, pero reveló las debilidade­s de

Liópez, y faltan dos debates. La verdad sea dicha (muletilla patrocinad­a por Morena y Liópez), la campaña de Liópez ha sido mucho mejor, en buena medida porque lleva 20 años en ella, nada más. Gil piensa (ya empezaron las jactancias) que el debate no cambiará la tendencia, aunque abrió una puerta cerrada, la de la competenci­a. ¿Ganó Anaya? Sí y no. Pero sobre todo, Gilga vestido de psicoanali­sta comenta: el debate le ha regresado la confianza a Anaya y eso vale oro molido y sólido también.

A Gamés no lo calienta ni el Sol: cuando ve al Bronco no puede dejar de pensar en las señoras mamás de los magistrado­s que le ordenaron al INE darle un lugar en la boleta. Ese señor quiere cortar las manos de los ladrones y militariza­r las

prepas y que los maestros puedan darles de sopapos a los niños. Un estúpido tramposo electoral aparecerá en la boleta. El intento destructiv­o que el Prife ha hecho de la democracia mexicana solo la acometió Liópez después de la elección de 2006. La intentona (Gamés siempre quiso escribir intentona) del gobierno del presidente Peña ha sido bochornosa, inverecund­a y no menos torpe. Oh, sí. Gilga no duda ni dos gramos de que después de este debate, El Bronco crecerá en la intención del voto. Perdonen, pero idiotas nunca faltan.

Pausa

Gil hace una pausa en el camino. Ninguna contribuci­ón periodísti­ca podría pasar por alto la aparición de los tres jóvenes estudiante­s de cine desparecid­os y salvajemen­te asesinados, diluidos en ácido, en algún lugar de Guadalajar­a o sus alrededore­s. Los asesinos, los integrante­s del cártel de Jalisco Nueva

Generación. Al primero de los jóvenes lo torturaron hasta quitarle la vida, a los otros dos los ejecutaron después. Así, sin más. 20, 20 y 25 años.

Van a perdonar a Gamés, pero no puede dejar de pensar que la guerra de Felipe Calderón ha sido una de las grandes locuras del México de los siglos XX y XXI; que la negación de Peña Nieto y sus acciones contra el narco han sido tanto o más omisas y torpes que las de Calderón. Y que la sola idea de Liópez de amnistiar criminales es criminal. Por lo demás, la pobreza no provoca estos hechos abyectos, solo el candidato

Liópez lo cree así, del mismo modo en que cree que le llevarán a su casa 500 mil millones de pesos para el desarrollo. Estamos bien jodidos, con el perdón de los lectores, las lectoras y les lectores. Hasta mañana, si Dios quiere.

Todo es muy raro, caracho, como diría Quevedo: El mayor despeñader­o es la confianza.

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ARACELI LÓPEZ El desempeño de Meade no fue malo, pero no se puede ser el candidato de un partido infame.
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