Campañas sin modernización
Las campañas de los candidatos se han transformado drásticamente en el mismo curso y no han logrado entender la naturaleza de las campañas modernas en un entorno social, el cual consiste sólo en publicidad en los medios de comunicación: anuncios pagados en radio y televisión, a través de las redes sociales, la aparición de los candidatos en pequeños mítines celebrados en la ciudades.
De igual manera, no hay una nueva estrategia en estas campañas que contribuyan a acercar al candidato para que conozca la problemática social y encaminar las necesidades de la ciudadanía, aunque todos los partidos continúan con las mismas estrategias tradicionales enfocadas más a la agresión que a trazar una imagen o poner a prueba un modelo para incluir a los ciudadanos en su proyecto político o bien, hacer una ruta en la cual se articule el cómo hacer política para compartirla al pueblo, alejados de lo que los partidos cortejan a los votantes en su tradicional estrategia de campaña.
Desde luego, hoy como siempre se observa que la campaña es una serie de rutinas con actividades respecto a lo que ha de hacerse para destacar al candidato en lo que respecta al discurso, mensaje, medios de comunicación y monitorean las actividades de los adversarios así.
Tienen como meta únicamente convencer a los ciudadanos o informar a electores sobre la candidatura, basados en la medición electoral del candidato, el manejo de los debates y su impactó durante las campañas electorales, la movilización de los votantes y las brigadas.
Con todo esto, no alcanzan a ver a los candidatos como actores estratégicos, ni actuar bajo una serie de restricciones de un diseño electoral organizado, aunado a que procuran segmentar a la población en sectores y grupos.
Supuestamente sostienen que los partidistas son los seguidores esenciales más comprometidos y convencidos, los que más golpes abajo dan al candidato, por ello, ninguna estrategia resulta útil. Siempre se observan dos corrientes de equipo de campaña con la estructura y otras sin partido.
Sin duda, la modernización de las campañas adopta principalmente una estrategia específica de persuasión para delinear al elector y el cómo se incorporan los ciudadanos para medir la opinión pública.
Para determinar el mapa geográfico de los electores, deben tomar en cuenta la participación ciudadana dentro de la organización de la campaña, considerando su experiencia y conocimiento desde describir el mensaje, construir el tipo de campaña y proponer ideas, analizar propuesta, la evaluación del discurso del candidato, no obstante esto sino también el manejo de la imagen del mismo al igual la cobertura del candidato en todos los sectores sociales y económicos.
Es imperativo que se modifique la competencia electoral y tiende a convencer y movilizar a los ciudadanos en contiendas mucho más representativas y competitivas, necesita mucho menos recursos y a la vez ésta lleva a cabo vigorizar a la base del partido y tener más ofrecimiento de servicio como ciudadano voluntario comprometido.
Hoy se advierte que la modernización de la campaña electoral no está separada con los partidos si no se interrelacionaron con los ciudadanos y los candidatos que son el producto de la marca del partido; por lo tanto, la mayoría de los eventos que gestionen los candidatos son criticados fuera de los intereses de la sociedad, aunque llena o no las plazas y hablan sin ser interrumpidos por gritos en su contra o a su favor y no está generando cierto impulso porque siempre se siente la ausencia de la ciudadanía.