Documentaron fotógrafos abuso infantil en fronteras
Evidencian abuso de infantes en África y supervivencia de refugiados
La obra del fotógrafo italoinglés Mathieu Willcocks, que documenta el tráfico de personas que cruzan fronteras en el mar mediterráneo en busca de supervivencia, y la obra de la fotógrafa suizolibanesa Mariella Furrer, que evidencia el abuso sexual infantil durante 12 años en Sudáfrica, se presentaron en el Instituto de Artes (IDA) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) como parte del VIII Festival Internacional de la Imagen (FINI) 2018, el cual se desarrolla del 26 de abril al 4 de mayo y este año tiene como tema central el tema Fronteras.
Ante estudiantes del IDA, el fotógrafo italo-inglés Mathieu Willcocks expuso su trabajo fotográfico, el cual documenta los rescates en aguas internacionales del mar mediterráneo que hacen diferentes Organizaciones No Gubernamentales (ONG) a personas que huyen de la guerra y la represión en Libia, Nigeria y otros países.
El fotógrafo mostró imágenes de botes y barcos de pesca donde más de 160 personas deambulan en aguas internacionales esperando ser rescatados, pero muchos mueren antes de eso. “Encontrábamos botes con más de 160 personas, algunos lloraban o rezaban. Se dan cuenta de que si alguien no les ayuda, no hubieran sobrevivido sin agua, sin comida y sin combustible, así que cuando los rescatas ellos entienden lo que pasó y toman conciencia de ello. Son muchas emociones muy fuertes”, manifestó el artista.
En ese contexto, afirmó que en aquellos casos en que se juega la vida y la muerte, no se puede dudar en ayudar, y es necesario dejar de lado la cámara fotográfica. De acuerdo con el fotógrafo, 90 por ciento de los rescates fueron perfectos. Una de las fotografías tomadas por Mathieu muestra un rescate de más de 39 mil personas. “Las personas buscan escapar de Libia entrando al pánico en altamar, aun cuando no entienden que en Italia también les tomará mucho tiempo obtener papeles y trabajar. Sin embargo, algunos son deportados. La burocracia italiana es muy complicada, son deportados porque realmente no son refugiados. Hay pocos países con los que Italia tiene acuerdos para llevarlos de regreso, pero la mayoría no tiene papeles ni pasaporte. Muchas veces las deportaciones tardan años en realizarse. Por eso hay mucho tráfico de personas”, explicó.