Empleo en México
En días pasados se dieron a conocer las cifras más recientes de la Población Económicamente Activa por parte del INEGI en donde se reveló que en Hidalgo, un estado de casi 3 millones de pobladores, más de 1 millón 234 mil personas laboran.
De acuerdo con la estadística y en comparativo con el año pasado entre un periodo y otro, de enero a marzo, el número de personas con trabajo creció en 53 mil 509, reduciéndose en 11 mil 655 el índice de desocupación laboral.
La población hidalguense que estuvo participando en la generación de algún bien económico o en la prestación de un servicio (población ocupada), alcanzó 1 millón 204 mil personas (760 mil hombres y 444 mil mujeres) en estos primeros tres meses del año, cantidad superior en un poco más de 65 mil personas respecto a la del mismo lapso de un año antes.
De dicho acumulado, casi 700 mil personas se encuentran contratadas en el sector terciario, que es el que se dedica a prestar servicios a personas y a las empresas, para que puedan dedicar más tiempo a su labor central, sin necesidad de ocuparse de otras tareas. Empleados de comercios y establecimientos, que se encuentran en actividades como el transporte, la educación, la interacción financiera, los seguros, los servicios médicos y gubernamentales, el turismo y la diversiones.
Si bien no son las mejores referencias en cuanto al crecimiento laboral para una entidad si tomamos en cuenta que cada vez se eleva la cifra de egresados de universidades –en el sector terciario los sueldos son bajos- que requieren de un mayor potencial en el sector laboral y de una paga conforme a sus conocimientos y áreas de experiencia y formación, si representa un avance para poder comenzar con uno de los pilares y ejes de todo plan de gobierno (en el actual no es la excepción) que es mejorar la calidad de vida de la población.
Si a lo anterior le agregamos el factor de la diferencia salarial entre hombres y mujeres, la situación puede verse desde un enfoque menos alentador.
En la Cámara de Diputados federal se realizó el conversatorio “Impactos positivos de la implementación de la NMXR-025-SCFI-2015. Igualdad laboral y la no discriminación”, en donde especialistas reconocieron los avances sustanciales para la inclusión de las mujeres en el ámbito profesional; sin embargo, persisten amplias brechas de desigualdad en el salario por el mismo cargo.
Especialistas coincidieron en que la participación femenina en la fuerza laboral ha pasado del 36 por ciento en 1980 al 52 por ciento en 2009, lo que significa que aproximadamente la mitad de ellas o más ha decidido entrar al mercado profesional, pese una desigualdad entre 60 y 90 por ciento de los salarios entre hombres y mujeres.
Otro aspecto, señalan otras versiones, es que los gobiernos sólo apuestan por la formalización de empleos con un enfoque de recaudación, pero no cuentan con un plan para que esas personas tengan acceso a la protección social.