Almagro escurre el bulto ante represión en Nicaragua
De nuevo el doble rasero del titular de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, muy activo con el Grupo de Lima en alentar la caída del régimen de Nicolás Maduro, pero complaciente ante la crisis política y social que vive Nicaragua, donde una rebelión pacífica y espontánea de estudiantes, sociedad civil, empresarios y hasta de la cúpula católica exige desde hace un mes la renuncia de Daniel Ortega, al que acusan, como al heredero de Hugo Chávez, de “asesino” y “dictador”.
Es de esperar que Almagro no podrá hacerse ahora de la vista gorda ante el cúmulo de violaciones a los derechos humanos cometidos por el gobierno de Nicaragua en el marco de la represión policial y paramilitar a las protestas, según el lapidario informe presentado el lunes en Managua por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), adscrita a la OEA, que consiga 76 muertos, en su mayoría universitarios, además de casi mil heridos y medio millar de detenidos desde el 18 de abril.
Entre las 15 recomendaciones de la CIDH, destaca la urgencia de “crear un mecanismo de investigación internacional independiente sobre los hechos de violencia”.
Para lograrlo, el jurista nicaragüense Alejandro Aguilar considera “ineludible” la cooperación internacional, “que solo puede venir del sistema de protección de derechos humanos de la ONU o del sistema de protección interamericano”. Esto, añade, frente al colapso institucional del país, con los aparatos de poder bajo el control del Estado y una administración de la justicia “corrupta, partidista e ineficiente”.
En 2016, Almagro avaló la segunda reelección de Ortega, en el poder desde 2007, pese a ser el único candidato real tras la ausencia de la oposición, que denunció una “farsa electoral”. Lo mismo que en Venezuela el domingo, que registró una abstención récord de 54 por ciento, en Nicaragua superó entonces el 70 por ciento; además de que, como en el primer país, el Legislativo está en manos del oficialismo tras la expulsión de la bancada opositora.
El lunes, Almagro volvió a arremeter contra Maduro: “Seguiremos bregando por el fin de la dictadura venezolana”, advirtió, pero cambió de vara al ser increpado sobre Ortega: “La acción de la OEA es diplomática. No tiene instrumentos de fuerza para poner soluciones o derrocar dictaduras”, dijo en la conferencia “Cómo restaurar la dignidad, democracia y desarrollo en Nicaragua”, en la Universidad George Washington, en Washington DC. Y ante el reclamo de varios panelistas, entre ellos Félix Maradiaga, director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp) de Managua, quien lo increpó “si no nos va a ayudar, entonces no estorbe”, Almagro respondió: “Lo que ustedes quieren son variables antidemocráticas también para sacarse de encima a Daniel Ortega, ese no es un camino que vamos avalar. Lo siento mucho”.