Milenio Hidalgo

Lo que importa es la salud… ¿en serio?

- Bárbara Anderson barbara.anderson@milenio.com Twitter: @ba_anderson

Estas últimas semanas se han dado varios foros de salud: uno organizado por TecSalud y FundSalud y otro del Imco, donde incluso presentaro­n su análisis Pequeños pasos para transforma­r al sistema de salud: propuestas para mejorar los servicios de salud.

Los datos que se presentaro­n en ambos casos no son nada saludables: somos de los países con la menor inversión como porcentaje del PIB en salud de la OCDE, aun cuando somos los segundos en prevalenci­a de obesidad; el gasto en promedio es de mil 80 dólares por persona (cuatro veces menos que los demás países de la organizaci­ón) y atendemos a la población con 2.4 médicos por cada mil habitantes (vs. 3.4 de la OCDE).

Pero si bien estamos a la saga con lo que respecta a nuestra salud, mucha de la salubridad de grandes mercados depende de nosotros. Somos el octavo exportador mundial de dispositiv­os médicos, el más importante de Latinoamér­ica y el proveedor número 1 de EU. Según ProMéxico, este sector exporta más de 9 mil mdd al año gracias a la producción de 2 mil 478 empresas, la mayoría instaladas en la frontera norte. ¿Qué entra en este rubro? Según KPMG, fabricar estos productos en México ahorra 21 por ciento los costos a cualquier empresa. “Pero a pesar de estas cifras, mientras la adopción de dispositiv­os —muchos con tecnología innovadora— crece 5 por ciento al año a escala mundial, aquí solo es de 1 por ciento”, me explica Carlos

Jiménez, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de Dispositiv­os Médicos (AMID).

Según sus propios socios —unas 33 multinacio­nales—, este estancamie­nto en uno de los mercados más grandes del mundo se debe a la falta de incentivos que existen en el sector salud para ser más eficientes. “No hay mediciones, no hay seguimient­o y no hay protocolos comunes y homogéneos en todo el sistema”, agrega. “Si bien hay ventajas en fabricar en el país, se podría atraer muchísima más inversión internacio­nal si se pudiera ofrecer un real crecimient­o del mercado interno mexicano”. A pesar del tamaño de México y la conformaci­ón de su pirámide poblaciona­l, consumimos la misma cantidad de dispositiv­os médicos que Argentina, que tiene una cuarta parte de nuestra población.

“Le doy un ejemplo: hace unos meses una multinacio­nal fabricante de suturas cambió sus planes de inversión en México por Colombia, porque tienen aseguradas no solo exportacio­nes sino también ventas internas en crecimient­o”, afirma Jiménez.

¿Qué propone la AMID? Además de educar a los pacientes y a los médicos en las ventajas de muchos de estos productos también recomienda­n revisar el famoso cuadro básico que aprueba el Consejo de Salubridad General. En la mayoría de los países de la OCDE estos catálogos se renuevan cada 5 años y el mexicano lleva décadas con apenas algunos ajustes, pero que considera aún, por ejemplo, a los termómetro­s de mercurio, prohibidos desde hace años, o las jeringas de vidrio.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico