GASTRONOMÍA Y TRADICIÓN DEL VALLE DEL MEZQUITAL
Gastronomía y tradición del Valle del Mezquital
Casi 500 años de tradición envuelven a Actopan, la ciudad del Convento. En el aniversario número 472 de su fundación novohispana (8 de julio de 1546) la capital hidalguense de la barbacoa y el ximbó celebró rindiendo tributo precisamente a la gastronomía que la ha dado fama nacional e internacional.
Denominada la Feria de la Barbacoa y el Ximbó, con motivo del festejo anual que conmemora el cumpleaños de la ciudad, productores del Valle del Mezquital se reunieron en la plaza central de la demarcación para ofrecer durante el fin de semana lo que mejor saben hacer.
Sazón y sabor a pie de horno que se disfrutó con gran efervescencia los días sábado y domingo entre música, bailes regionales, y una vendimia que expuso artesanías, bordados, accesorios, dulces típicos mexicanos, y la infaltable acompañante de los herederos de Cuauhtémoc, el néctar nacional, la bebida de los dioses: el pulque.
El recorrido dio inicio entre puestos de comerciantes con todo tipo de ofertas; sin embargo el aroma y el hambre hacían de propios y extraños la caminata más larga en la historia de quien busca saciar su hambre y no puede llegar a su destino.
Entre ruido de motocicletas, un sol que se asomaba con ligereza y mucho viento que hacía recordar que Pachuca está solo a 38 kilómetros de la Bella Airosa, se asomaban huacales en cuyo interior contenían el preciado tesoro.
De 35 pesos para arriba, el taco de barbacoa se cotiza caro en la zona. “Viene bien surtido güero, de uno le salen dos”. El puesto de Don Santiago, una de las barbacoas más tradicionales de Actopan, daba la bienvenida con un toque inigualable de sabor.
Con salsa roja, tantito limón, sal, cebollita y cilantro. La experiencia inigualable de tomar entre los dedos por lo que se viajó de Pachuca, de la Ciudad de México, de Querétaro, incluso, turistas extranjeros quienes aprovecharon su estancia en nuestro país para darse una vuelta.
A lo lejos, un extraño chilango con su playera de los Pumas, inconfundible. Con la xoma entre las manos, a punto de dar el sorbo al más allá. De avena, de fresa, natural y de una decena de sabores más, el pulque se ofertó como en antaño, como en el trueque con gallinas y animales.
“Se disfrutó con gran efervescencia los días sábado y domingo entre música y bailes...”