Ganó el voto de la ira y el hartazgo
Los expertos en la política pública y la democracia sitúan a México como uno de los países con un mayor desencanto hacia los partidos políticos y sus gobernantes, y con menor satisfacción del sistema político interno por la corrupción, la impunidad, la violencia y la inseguridad. Así se refleja la inconformidad, el hartazgo, la ira y la indignación social, traduciendo una rebeldía en un acto para la necesidad del cambio.
El sistema partidista ha fallado, la pobreza ha crecido y ha alcanzado a más de la mitad de la población, además la situación económica del país está en precariedad, pues más del 70% de los trabajadores se encuentra en la informalidad y el 80% de las personas adultas mayores carecen de una pensión. La mayoría de la juventud es rechazada por las universidades públicas, además de que enfrentan el problema del desempleo.
Los partidos políticos que siempre han ignorado a la ciudadanía y nunca han dado solución a sus demandas, se convirtieron en una tienda de compra y venta de votos que se abre y cierra cada vez que hay elecciones, manejando el viejo sistema clientelar, lo que ocasiona irritación contra estos y contribuye a una crisis del gobierno por señalamientos de corrupción que, en los últimos años se han convertido en grandes escándalos a todos los niveles, además de la creciente violencia en los secuestros y el huachicoleo en todo el estado.
De todas formas, la ciudadanía concentra su batalla contra todos los partidos, además la gran parte del voto útil que representaba el 36% del electorado ya no estuvieron dispuestos a dar este voto por el candidato que fuera el segundo lugar, sino que lo dividieron entre el voto nulo, y le dieron a Andrés Manuel López Obrador la mayor parte de ese voto, creyéndolo como la posibilidad de un cambio. En cierta medida López Obrador simboliza al político antisistema que siempre mantuvo un discurso muy crítico, duro contra la mafia del poder y sus partidos; razón que deja a la gente la esperanza de que puede hacer un gran cambio para salvar al país y a estado.
Fue notable que el voto no fue dirigido a favor de ninguno de los candidatos de MORENA, sino solo al candidato presidencial López Obrador, que logró como el elemento que va a salvar a la gente de todas sus carencias y toda su esperanza se pone en su persona.
Vale recordar que el grupo de MORENA en Hidalgo ahora inicia una gran batalla entre ellos por quien va a controlar ese nuevo pardito gigante sin estructura, sabiendo que las dos mas importantes figuras son ex priistas, como Julio Menchaca Salazar que ya es senador electo, y que por su experiencia y su cercanía a la gente puede ser mas aceptable que el grupo universidad que tiene una interrogación ante la opinión de los hidalguenses, que son rechazados.
No solo es una pugna entre quien va a ser el candidato natural a la gubernatura sino que hoy como nunca prevalece la esperanza de que se puede quitar al PRI del poder.
El PRI gracias a los seguidores del ex secretario de gobernación que acabaron y dividieron al partido, solo les interesaba que ganara su planilla de diputados federales y senadores, la cual fue un gran fracaso y la gente demostró su inconformidad contra ellos.
El PAN también fracasó, gracias a sus dirigentes como Erick Marte, que fue el hombre invisible que llevó a su candidato presidencial al tercer lugar en el estado; y Asael Hernández Cerón que al final desapareció del escenario político, solo se preocupó por su tierra natal. El PRD ha negociado con el gobierno para sostener su 3% manteniendo su registro. Por su parte, el PES, PANAL, Movimiento Ciudadano y el Partido Verde, tienen riesgo de desaparecer, aunque la gran sorpresa fue el PT, pues fue el único partido pequeño que alcanzó casi el 5%.
Ahora lo que se necesita es renovación y regeneración del sistema partidista para sostener la democracia que le ha costado mucho a los mexicanos, y acabar con este fenómeno del voto de la ira y del hartazgo, y empezar a crear figuras de liderazgo ciudadano que puedan llevar al estado a una representación legitima de la ciudadanía.