EU acusa a Ortega de “matar a su pueblo”
La CIDH exige en su informe a la OEA que intervenga para frenar la represión
Estados Unidos acusó ayer al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, “de matar a su pueblo” para permanecer en el poder, durante el consejo permanente de la OEA que analizó la crisis en el país centroamericano.
“Déjenme ser claro: es el gobierno de Ortega el que, cada día, renueva su directiva de matar a su pueblo para permanecer en el poder”, dijo el panameño Carlos Trujillo, embajador de EU ante la Organización de Estados Americanos.
También el brasileño Paulo Abrao, titular de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), adscrita a la OEA, denunció en el foro en Washington la profundización de la grave crisis humanitaria del país, donde 351 personas han muerto y al menos 2 mil 100 resultaron heridas desde el 18 de abril cuando iniciaron las protestas, según el último informe ayer de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
Además de EU, a la condena de la CIDH se unieron ayer México y Colombia.
EU aprobó en estos días las primeras sanciones contra altos funcionarios pertenecientes al círculo de poder de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Trujillo habló de una “campaña de violencia e intimidación” contra manifestantes pacíficos, cuando están por cumplirse tres meses de la mayor crisis en décadas en Nicaragua.
La CIDH llamó a la comunidad internacional a pronunciarse y que exija al Estado nicaragüense “poner fin inmediato a la represión y las detenciones arbitrarias, así como a todas las demás violaciones a los derechos humanos que se vienen registrando”, manifestó Abrao.
Instó además a que las manifestaciones previstas para este jueves y sábado y el paro nacional del viernes sean respetados, luego de que las últimas tres manifestaciones fueran atacadas por grupos paramilitares de Ortega.
Uno de los últimos episodios de violencia fue el ataque el lunes en Diriamba, al sur de Managua, por un centenar de elementos encapuchados a miembros de la Iglesia católica, entre ellos el nuncio apostólico, el cardenal y el obispo auxiliar de Managua, que resultó herido con arma punzocortante.
La Iglesia católica es mediadora en el diálogo nacional, interrumpido por Ortega, en el poder desde hace 11 años y quien se niega a adelantar los comicios de 2021 a marzo próximo, según exige la oposición de estudiantes, campesinos, empresarios y sociedad nucleada en la Alianza Cívica.
Ortega, ex guerrillero de 72 años que lideró con otros la revolución sandinista (1979-90), rechazó el informe de ayer de la CIDH, presentado por Abrao, y su canciller Denis Moncada tildó las protestas de “actos terroristas”. Venezuela lo apoyó.
Abrao compareció ante la OEA luego de que a principios de mes se instalara en Nicaragua el equipo de expertos internacionales (GIEI) que investigará la violencia y de que a fines de junio se formara el Mecanismo Especial de Seguimiento (Meseni) para monitorear la situación de los derechos humanos.
Las protestas comenzaron por la aprobación de una reforma de la seguridad social, que luego Ortega derogó. Pero el malestar se remonta a 2008, cuando la oposición denunció fraude en las municipales, así como en los presidenciales de 2011.
En los comicios de 2016, donde Ortega fue reelegido, el gobierno contó 72.5 por ciento de votos, aunque fueron excluidos algunos opositores y la abstención alcanzó un récord de 70 por ciento.