Patrimonio dañado por los sismos, prioridad de AMLO
El actual director del INAH ha sido invitado por la futura secretaria federal de Cultura, Alejandra Frausto, a mantenerse en dicho cargo
¿Cuál es su principal reto tras esta invitación a repetir como director del INAH en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador? Por ahora tengo la determinación de hacer un cierre muy consistente al frente del INAH, así se lo he expresado tanto a la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, como a mi amiga Alejandra Frausto, futura secretaria de Cultura. Me honra este ofrecimiento del candidato ganador y virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien tiene una tarea muy importante al conducir el cambio de este país. ¿Qué acciones y qué cambios se prevén para el INAH? Frausto ha planteado una política cultural transversal, que tiene que ver con la educación, pero también con el turismo, la economía y con el desarrollo regional y urbano. Hay una serie de proyectos que se le han planteado a López Obrador y que sin duda incorporarán al INAH, por ejemplo, participaremos en el proyecto de los Jóvenes Construyendo el Futuro y en el del tren turístico para la Zona Maya. ¿Terminarán en tres años la restauración de los monumentos dañados por los sismos de 2017? Tenemos el planteamiento de terminar, como se dijo desde un principio, en 2020, probablemente se queden unos cuantos inmuebles sin que se concluya su restauración, en parte porque Para el uso de las zonas arqueológicas hay una ley que lo regula y lo que tenemos que hacer es aprender a que se cumpla la ley, la cual no impide que se hagan actividades culturales y sociales en estos recintos. Hay un protocolo que no permite la explotación de índole privada, pero sí se pueden organizar actividades con el aval de las áreas técnicas como el Consejo de Arqueología y el Consejo de Monumentos Históricos. Como lo ha dicho Andrés Manuel, nada de influyentismo, nada fuera de la ley, nada por encima de la ley, y eso aplica a esta clase de actividades. Las cosas se harán en el INAH respetando los protocolos, las reglas y la obligación de cuidar y dignificar el patrimonio histórico y arqueológico.