La esencia del soldado mexicano
La naturaleza de quienes integran las fuerzas armadas radica en su lealtad a México.
La disciplina que tienen todos los militares es la base de su doctrina, la que junto con el valor, el deber, el patriotismo y el sacrificio los convierte en el mejor activo humano de la nación y por supuesto del gobierno en turno.
A un soldado de tierra, mar o aire no se le puede sustituir por alguien más, a menos de que ese alguien reciba años de adiestramiento, educación y adoctrinamiento para que logre cumplir con una función que le brinde los mejores resultados al país.
Los elementos de tropa y marinería ingresan a filas no por ser su única opción de vida, más bien lo hacen convencidos del servicio que le prestarán a su país, mismo que después se convierte en su vida.
En el caso de los oficiales, el servicio es el inicio de su carrera, una vez que egresan del sistema educativo militar y naval. Para ellos se convierte en el momento de demostrar todo lo aprendido en las aulas y de aprovechar lo que sus comandantes les enseñen en la práctica y el servicio diario.
Para los jefes y capitanes, la motivación es otorgarle al país una experiencia que a pesar de su juventud representa positivos que se materializan en una ruta profesional clara y segura, es decir, todos buscan mejorar con el objetivo de ascender y desde otras posiciones de mando servir mejor a México.
Los generales y almirantes han logrado sus posiciones con la convicción de que la marcha del instituto armado, así como la del servicio entregado durante tantos años al país, es una máxima responsabilidad; es también, ejemplo para sus comandados.
Ojalá exista la visión de seguir fortaleciéndolos para seguir fortaleciendo a la nación.
Cabo de Guardia
Cuando toma posesión un secretario de Defensa o Marina, tienen por lo menos 48 años de servicio en su institución. Sus percepciones económicas se calculan en función de la antigüedad que tienen en el instituto armado.
Si van a ganar menos que el próximo presidente, entonces qué sucederá con toda una vida profesional y personal dedicada al servicio de la nación, a la que han servido siempre desde el Ejército y la Marina respectivamente.
Lo mismo sucede con jefes y capitanes, generales y almirantes.
No se puede comparar laboralmente el servicio que prestan los militares con el de los civiles.
Ojalá se entienda.