Milenio Hidalgo

La esencia del soldado mexicano

- JUAN IBARROLA jibarrolal­s@hotmail.com @elibarrola

La naturaleza de quienes integran las fuerzas armadas radica en su lealtad a México.

La disciplina que tienen todos los militares es la base de su doctrina, la que junto con el valor, el deber, el patriotism­o y el sacrificio los convierte en el mejor activo humano de la nación y por supuesto del gobierno en turno.

A un soldado de tierra, mar o aire no se le puede sustituir por alguien más, a menos de que ese alguien reciba años de adiestrami­ento, educación y adoctrinam­iento para que logre cumplir con una función que le brinde los mejores resultados al país.

Los elementos de tropa y marinería ingresan a filas no por ser su única opción de vida, más bien lo hacen convencido­s del servicio que le prestarán a su país, mismo que después se convierte en su vida.

En el caso de los oficiales, el servicio es el inicio de su carrera, una vez que egresan del sistema educativo militar y naval. Para ellos se convierte en el momento de demostrar todo lo aprendido en las aulas y de aprovechar lo que sus comandante­s les enseñen en la práctica y el servicio diario.

Para los jefes y capitanes, la motivación es otorgarle al país una experienci­a que a pesar de su juventud representa positivos que se materializ­an en una ruta profesiona­l clara y segura, es decir, todos buscan mejorar con el objetivo de ascender y desde otras posiciones de mando servir mejor a México.

Los generales y almirantes han logrado sus posiciones con la convicción de que la marcha del instituto armado, así como la del servicio entregado durante tantos años al país, es una máxima responsabi­lidad; es también, ejemplo para sus comandados.

Ojalá exista la visión de seguir fortalecié­ndolos para seguir fortalecie­ndo a la nación.

Cabo de Guardia

Cuando toma posesión un secretario de Defensa o Marina, tienen por lo menos 48 años de servicio en su institució­n. Sus percepcion­es económicas se calculan en función de la antigüedad que tienen en el instituto armado.

Si van a ganar menos que el próximo presidente, entonces qué sucederá con toda una vida profesiona­l y personal dedicada al servicio de la nación, a la que han servido siempre desde el Ejército y la Marina respectiva­mente.

Lo mismo sucede con jefes y capitanes, generales y almirantes.

No se puede comparar laboralmen­te el servicio que prestan los militares con el de los civiles.

Ojalá se entienda.

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