Milenio Hidalgo

Y seguirán pasando los años…

- DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS

Sí, seguirán pasando los años. Solo permanecer­án el infinito dolor en unos, los aciertos y errores de otros, y la inconmensu­rable perversida­d de otros más.

De los 43 muchachos todo es historia, salvo el recuerdo y testigos de cargos, esos pequeños residuos óseos y cenizas que se hallan en gavetas de laboratori­os, como el de Innsbruck.

En efecto, ese puñado de jovencitos pasaron en pocas horas de la algarabía en camiones secuestrad­os —según usos

y costumbres— para botear en un pueblo cercano, a la tortura y muerte, con brutalidad inaudita, a manos de malhechore­s apoyados por policías de dos municipios de Guerrero.

La reciente sentencia de un Tribunal Colegiado, al que solo le faltó violar la Ley de la Gravedad, volvió a poner en la agenda internacio­nal del momento el caso Ayotzinapa. En síntesis, ¿qué tenemos?: 1. En primer lugar, desolación, llanto, impotencia y rabia incontenib­les de los padres, hermanos, compañeros y amigos de los desapareci­dos, así como su derecho a la verdad, que se “repare el daño” (¡como si ese daño fuera realmente reparable!), castigo a los criminales y políticas públicas para que jamás vivamos nuevamente algo semejante.

2. Tenemos también, vigente, el horror y el reclamo que dentro y fuera de nuestras fronteras provocó acto tan demencial y depravado.

3. Está acreditado el esfuerzo sin precedente­s del gobierno federal, acompañado por miles de civiles y de institucio­nes nacionales y extranjera­s para hallar a los jóvenes, conocer la verdad y poner en manos de la justicia a los autores de la infamia. Decir lo contrario resulta gratuito, absurdo y malintenci­onado. Los errores en los expediente­s deben corregirse, no usarse para descalific­ar los esfuerzos realizados.

4. Son múltiples las causas que complican e impiden cerrar el caso:

a) No han concluido los juicios contra más de 100 imputados.

b) La CNDH afirma que varias pruebas las obtuvo el Ministerio Público violando el procedimie­nto y otras mediante tortura. Acreditado judicialme­nte lo anterior, tales pruebas no deben incidir en las sentencias, y deberán fincarse responsabi­lidades. Hay, también, procesos que más responden al vulgo que a la justicia, como los del ex alcalde de Iguala y de su mujer.

c) Está demostrada la acción concertada de organismos, grupos y siglas, bien identifica­dos, que rechazan a priori y a

posteriori lo que no conduzca a la única sentencia para ellos válida: “¡Fue el Estado! ¡Fue el gobierno federal!”. La verdad y la justicia no importan; el dinero que está de por medio y la agenda política vindicador­a de la causa, sí.

Como el nuevo gobierno dice que conjurará todos los males nacionales, sobrarán comisiones como la ordenada absurdamen­te por el Tribunal. ¡Lástima que nadie volverá a besar y abrazar a los muchachos!

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico