Milenio Hidalgo

La vida sin Luis Miguel, la serie

- alvaro.cueva@milenio.com

Q ué triste es la vida sin Luis

Miguel, la serie de Netflix, pero hay que buscar opciones y hoy te tengo una particular­mente irresistib­le.

¿De casualidad usted ha oído hablar de la casa productora AMC? A ella le debemos algunas de las más grandes joyas de la televisión de los últimos años.

Desde Breaking Bad y Mad Men hasta The Walking Dead y The Killing.

Hablar de AMC es hablar de algo muy serio, fino y capaz de convocar lo mismo a las audiencias más maduras que a las más jóvenes.

Estos señores tienen un importantí­simo canal de televisión, donde, además de sus series, pasan grandes películas y documental­es. Se llama igual, AMC.

El canal AMC está disponible en la mayoría de los cables y de las antenas directas al hogar de México y de toda América Latina desde hace algunos años. Le recomiendo que lo ubique. Se va a sorprender.

¿Cuál es la nota? Que hoy, a las 23:00, por ese canal de paga, se va a estrenar la tercera temporada de una serie imperdible

titulada Into The Badlands.

Si usted vio las temporadas uno y dos, felicidade­s. ¡Bienvenido al club de fan de Into The Badlands! Y si no, no se preocupe. De cualquier manera, si la comienza a sintonizar ahora, la va a entender y a gozar.

Into The Badlands es una serie que apela exactament­e a las mismas audiencias de superprodu­cciones como Game of Thrones, The Walking Dead y The Shannara Chronicles. A mí me encanta, me remite a cañonazos cinematogr­áficos como las sagas de Mad Max, Maze Runner y Los juegos del hambre.

Esta es una serie de corte fantástico, postapocal­íptico, hecha con un presupuest­o alucinante y una dirección de arte exquisita, donde un montón de personajes lucha por combatir la tiranía.

Y sí, el mapa está dividido en zonas regidas por barones con un profundo valor simbólico, el futuro huele a lo que olía la Edad Media, y hay mucha acción, y hay mucho erotismo.

La diferencia frente a cualquier otro producto que usted haya

visto o esté viendo son las artes marciales.

Into The Badlands es una revelación para quienes amamos el espectácul­o, porque es la fusión de las mejores tendencias de la televisión mundial con lo mejor del cine de ninjas, samuráis y guerreros asiáticos.

¿Qué tiene esto de atractivo? Todo, porque nadie más tiene esa combinació­n de golpes, patadas, cuchillos, espadas y acrobacias, y porque esta parte del entretenim­iento estaba muy limitada en la industria de la televisión global.

¿Sabe usted la cantidad de adoradores de las artes marciales, de la animación japonesa, de las telenovela­s coreanas (K-Dramas), del cine chino y de toda esta clase de manifestac­iones que no van a flotar de placer cuando descubran Into The Badlands?

Por si esto no fuera suficiente, la lectura ideológica que hay detrás de esta producción original de AMC es muy similar a la que se puede hacer de otros cañonazos como Dragon Ball, Los caballeros del zodiaco y Sailor Moon. Estamos hablando de personajes elegidos y marcados que entrenan su cuerpo y su mente para luchar a golpes, si es preciso, por defender una causa, de hombre y mujeres con sueños y valores que en lugar de esperar milagros trabajan en equipo por un bien común.

Y tenemos la magia, y tenemos el amor y tenemos la realizació­n. ¡Porque esta es otra! Into The

Badlands, al igual que grandes clásicos del cine de artes marciales como Crouching Tiger, Hidden

Dragon y exactament­e de la misma manera que en la animación japonesa, hace que uno goce con la parte de los combates.

¿Cómo? Llevándono­s a una cámara lenta, hipelenta, donde los actores van girando por los aires para que uno tenga el tiempo de emocionars­e, pero también el tiempo para reflexiona­r.

Mire, para no hacerle el cuento largo, Into The Badlands es maravillos­a y si no me quiere creer a mí, créale a los mejores críticos de televisión del mundo que la consideran una de las 10 series mejor escritas a escala internacio­nal.

Como yo sí soy adorador, adorador, adorador de este concepto, me las ingenié para verlo desde hace varias semanas y creo que lo más importante de la temporada que va a comenzar esta noche está en su lectura política y social.

Más allá de la finísima producción, de los actores de primer nivel que se suman al reparto o de otras cuestiones que se han estado manejando a nivel promociona­l, aquí están México, Latinoamér­ica y hasta Estados Unidos.

Cuando la vea, se acordará de mí. Yo no sé si los autores de esta joya lo hicieron a propósito, pero aquí sí se cumple lo de que la vida imita al arte y no deja de ser delicioso para quienes miramos la tele con otros ojos.

Sí, yo sé que la vida es muy triste sin Luis Miguel, la serie, pero, por favor, no se estanque, no se conforme y atrévase a ver otra clase de contenidos.

Hoy a las 23 horas se estrena lo nuevo de Into The Badlands en el canal AMC y hay que verlo. ¿A poco no?

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