¿Estaba el Presidente en la boleta el 1 de julio?
Un dato para analizar es que 71% de la ciudadanía que acudió a las urnas desaprueba la gestión de Enrique Peña Nieto, solo 24% la avala en alguna medida; nunca se habían presentado porcentajes tan altos de rechazo de un mandatario
Una de las variables más importantes para analizar en este proceso electoral es qué tanto pesó en la decisión del electorado la aprobación del trabajo realizado por el gobierno federal, así como la de los gobernadores. De acuerdo con la literatura, las elecciones son instrumentos que puede utilizar la ciudadanía para castigar o premiar el desempeño de los gobiernos, y los datos de los recuentos finales tanto locales como federales indican que en la pasada elección se vivió la mayor alternancia en cargos públicos, es decir, que el partido electo fue distinto al que se encontraba en el gobierno.
Un primer dato para analizar es que siete de cada diez electores (71 por ciento) que acudieron a las urnas desaprueban la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, y solo 24 por ciento de la ciudadanía que fue a votar la aprueba en alguna medida. Estos datos son similares a los recabados en la última encuesta nacional realizada en viviendas un mes antes de la elección, que mostró que el Presidente tenía 70 por ciento de desaprobación y 26 por ciento de aprobación entre la población en general. Es decir, no observamos que quienes aprueban la actual gestión federal o quienes la desaprueban fueran más participativos y salieran a votar en mayor medida.
Resulta relevante precisar que en el país nunca se habían presentado porcentajes tan altos de desaprobación de un presidente. Las encuestas realizadas a la salida de las urnas en las elecciones mostraron que, tanto en las elecciones intermedias como en las presidenciales, Peña Nieto registró una medición histórica de votantes que dijeron desaprobar su gestión. La desaprobación de Vicente Fox entre el electorado que votó en las elecciones intermedias de 2003 fue de 27 por ciento y casi al final de mandato, en 2006, fue de 19 por ciento. La desaprobación de Felipe Calderón en los comicios intermedios de 2009 era de 27 por ciento y en el último año llegó a 35 por ciento. Sin embargo, en el caso de Peña Nieto, en las elecciones intermedias de 2015 su desaprobación ya era de 52 por ciento del electorado, mientras que durante su último año de gobierno se incrementó a 71 por ciento.
De acuerdo con el cruce de las variables de aprobación de autoridades y preferencia electoral, 75 por ciento de las personas que votó por Anaya desaprueba, en alguna medida, la forma en la que Peña Nieto realiza su trabajo; no obstante, 22 pro ciento la avala. Mientras, el electorado que eligió a López Obrador desaprueba en mayor medida el trabajo realizado por el actual gobierno, la encuesta a la salida de las urnas muestra que 88 por ciento de quienes votaron por el tabasqueño reprueba el trabajo de Peña Nieto.
En el caso de los votantes de Meade, observamos que, si bien 63 por ciento aprueba el trabajo de la gestión actual, 32 por ciento no. Finalmente, entre quienes eligieron a Jaime Rodríguez Calderón, aquellos que desaprueban la labor del Presidente representa 91 por ciento.
Respecto de la gestión de los gobernadores, observamos que 58 por ciento de las personas que acudieron a las urnas desaprueba su trabajo, mientras que 37 por ciento lo aprueba. En este caso llama la atención que salieron a votar más personas que estaban inconformes con los gobiernos estatales que aquellas que aprobaban el trabajo en alguna medida. Este dato es posible corroborarlo de nueva cuenta con las encuestas realizadas antes de las elecciones, que mostraron que 51 por ciento de la población en general desaprobaba el trabajo de los mandatarios estatales, o del jefe de Gobierno, en el caso de la CdMx, mientras que 43 por ciento lo aprobaba.
Podemos analizar que el electorado que eligió a López Obrador como presidente fue aquel que en mayor medida desaprueba el trabajo realizado por el gobierno de los estados (68 por ciento). Recordemos que cuando se realizó la elección del 1 de julio, Morena no gobernaba en ninguna entidad, y ahora encabezará cinco de las nueve entidades que se renovaron.
Entre quienes votaron por Jaime Rodríguez Calderón, 50 por ciento desaprueba la gestión del actual gobernador en Nuevo León. En tanto, 53 por ciento del electorado de Anaya dijo desaprobar la gestión local, y 42 por ciento de quienes votaron por Meade también criticó al gobierno en turno.
En conclusión, podemos decir que la aprobación de gobierno es una variable fundamental para entender las decisiones del electorado, ya que el apoyo o rechazo de la ciudadanía contra una administración explica en mayor o menor grado la forma en que votan las personas. Los resultados de la encuesta de salida muestran que en la elección presidencial tuvo un mayor peso la desaprobación del gobierno federal que la de los gobiernos estatales, y que el margen de maniobra del candidato del partido en el gobierno en realidad era muy reducido.
Durante el proceso electoral frecuentemente observamos publicidad de candidatos a gobernador, diputados federales y locales, o presidentes municipales con el abanderado presidencial de su partido a su lado. En el caso de Morena, esa estrategia publicitaria asumía que el capital político de López Obrador era de tal magnitud que bastaba con asociarlo con el candidato local. Si bien es cierto que nunca vimos tal tipo de publicidad en los candidatos priistas, una explicación es que el elector tenía en la mente la imagen de los aspirantea al lado de la del Presidente. Ahí la relevancia del porcentaje de aprobación presidencial con el que se llega a una elección.
Nota Metodológica: Parametría. Encuesta realizada a salida de urna el 1 de julio de 2018 a personas de 18 años en adelante con credencial para votar a escala nacional que emitieron sufragio. Aplicación de encuesta: Persona a persona. Marco muestral: Secciones electorales reportadas por el INE. Método de recolección de datos: Boleta llenada en secreto y depositada en una urna portátil. Número de encuestas: 672. Margen de error: (+/-) 3.8 por ciento. Nivel de confianza estadística: 95 por ciento.
*Fundador y director de Parametría