Populismo favorece a Sosa
El populismo es un acontecimiento inevitable en el régimen democrático, en el que la ciudadanía no participa realmente en el desarrollo político. Fenómeno que refleja el nacimiento de líderes demagogos, quienes pretenden resolver todos los problemas sociales, económicos y políticos, y encabezan movimientos populares que llegan a representar a todos los sectores sociales sin inclusión.
Los líderes populistas ejercen estrategias propias haciendo ver que su política pública es la solución y dando el beneficio para todas las poblaciones, además ofrecen resolver todos los problemas que existían y pueden existir en el futuro, sin desembocar en leyes o instituciones formales.
Obviamente, el populismo estiliza el autoritarismo derivado de la autoridad centralizada y sustituye al federalismo y al sistema de la república democrática, se refiere a un movimiento popular encabezado por un solo individuo que controla el gobierno de la cúpula de dicho movimiento o partido, y tiende a manifestarse contra las instituciones democráticas que han tenido crisis en su desarrollo paran cumplir con el sistema de participación plural o que no han cumplido con sus compromisos sociales o políticos, sus decisiones se toman a través de las actividades de organizaciones no gubernamentales (ONG’s) y por medio de un censo popular.
Una diferencia crucial entre populismo y democracia; la segunda es que permite instalar reglas y leyes donde caben todos garantizan la equidad política, económica y social que se pueda implementar entre todos los ciudadanos y constituir una civilización de respeto y diálogo, permitiendo que la gente gobierne a través de la representación directa e indirecta por medio del voto secreto, donde gana la mayoría aunque por un solo voto.
Cualquier ciudadano tiene el derecho de participar y tiene la facultad de proponer y discutir temas de decisión en la política pública, como ciudadano capaz puede ser candidato a cualquier puesto público o de elección popular.
En ese sentido, con el populismo no existe la democracia, porque son dos regímenes políticos distintos, el populismo va en muchos casos a la búsqueda del poder, y en forma individual echa a andar su programa, solo apoyado de su partido y de la gente que rodea al líder populista, usando su imagen y capital político para sostenerse en el poder hasta que el pueblo lo permita. Por ello, en América Latina y todo el mundo la mayoría de estos populistas entran con un alto grado de aceptación y al año empiezan a descender, por ello utiliza la dictadura para sostenerse en el poder. Esperaría que eso no suceda en México.
Hoy en Hidalgo, la lucha por el poder entre los líderes del Movimiento de la Regeneración Nacional (Morena), los llamados morenistas (ex priistas, ex panistas, ex movimiento ciudadano), el grupo universitario, Julio Menchaca, Carlos Sánchez, Abraham Mendoza y otros grupos más, inicia con el llamado de todos los hidalguenses a afiliarse a su partido para mostrar su capital político al jefe mayor Andrés Manuel López Obrador, no para ejercer la democracia y tener la mayoría a su favor, fenómeno que siempre ha vivido el priismo en el estado de Hidalgo.
Para terminar todos esos movimientos y todo ese esfuerzo de los populistas no les va a dar ningún fruto porque la decisión se va a tomar a nivel nacional por una sola persona, porque ya han tenido un acuerdo con el cual entregaron al grupo universitario, en el que van a entregar el partido en el estado para que lo encabece Damián Sosa Castelán, hombre conocido ex priista, ex panista, y ex líder de Movimiento Ciudadano, y ahora morenista de corazón, con gran parte del control del Congreso Estatal.
¿Será la democracia que se espera en Hidalgo después de esa elección? ¿Volver al dedazo y acuerdos ocultos o a la práctica democrática? Por ello, no se augura a ninguno de los esfuerzos de su movimiento generar un ambiente democrático.