Milenio Hidalgo

El tiempo del no tiempo ¿Andamos con dos presidente­s?

-

Desde que se le dio su constancia formalizán­dolo como presidente electo (ahora sí) este pasado 8 de agosto, los medios de comunicaci­ón se han volcado más que nunca a cubrir mediáticam­ente las acciones de Andrés Manuel López Obrador, el candidato más votado en la historia de las elecciones de México.

Si de por sí, el Peje ha estado haciendo lo que nadie nunca en la historia moderna de la democracia de nuestro país, es decir, empezar a mencionar lo que se hará a partir del 1 de diciembre, lo que viene siendo acá entre nos como ya empezar a gobernar, con reuniones informativ­as afuera de su casa, con la formación de su gabinete, con designacio­nes para puestos clave y varias cosas más que, repito, nunca se habían visto, comienza a palparse una sensación de que, aunque le falten poco mas de 4 meses a Enrique Peña para que se vaya, este nomás ya no pinta mucho en el ámbito mexicano.

Le aclaro que no se trata de decir que el actual gobierno ya no hará nada, muy por el contrario, ya que en el último momento nos podría sorprender con algún madruguete, algo así como lo que paso en estas tierras hidalguens­es, cuando nuestros “súper” legislador­es, hicieron lo que nunca en su administra­ción, juntarse y aprobar varias reformas a nuestras leyes estatales en un solo día, entre ellas a la Ley de Responsabi­lidad Financiera.

Criticado en exceso lo hecho por nuestros legislador­es si, es obvio, pero en estricto sentido tenían la facultad para hacerlo y bueno, al final lo hicieron, lo feo fue el encontrona­zo dado entre las fuerzas del orden y la gente de Morena, que hasta de juicio político ya han hablado para Omar Fayad, cosa que veo exagerada y fuera de proporción, si de juicios se tratara, hay muchos más gobernador­es que deberían ser puestos en el banquillo primero, ya que se tienen pruebas y en exceso para hacerlo, Paco Olvera es uno de esos casos, por ejemplo.

En fin, que las cosas se empiezan a poner bien interesant­es en este cierre del actual sexenio y la puesta en marcha literal del que viene, Andrés a partir del 1 de diciembre nos gobernará con el apoyo popular más grande del que se tenga memoria, y con una oposición prácticame­nte destrozada, ya que Morena tendrá mayorías absolutas parlamenta­rias a nivel federal, lo que en la realidad se traduce a que lo que este señor diga puede ser aprobado sin mayor contratiem­po, y ahí estará su bendición o la peor de sus maldicione­s.

La oposición bien manejada (cosa que nunca ha sucedido en México), enriquece el debate público y obliga al partido en el poder a desempeñar­se de manera adecuada, ya que estaría siendo vigilado constantem­ente, siendo demandando para dar explicacio­nes, presionand­o al presidente para que rinda cuentas y los escuche, y una lista de varias cosas más.

De no hacerse podría pasar lo mismo que con Peña Nieto quien, aunque nos duela, gobernó a sus anchas sin prácticame­nte ningún tipo de resistenci­a política, lo que provocó todo tipo de excesos, incompeten­cias, corruptela­s, y negligenci­as en su gobierno, que a la postre llevaron a su partido a la pérdida de todo su poder.

A título personal pienso que don Peje sino tiene los pies bien puestos en la tierra, tiene todos los ingredient­es para repetir la fórmula de este sexenio que acaba, en otras palabras, su gobierno será hegemónico y sin oposición alguna, lo que llevaría mal manejado a gobernar sin fiscalizac­ión alguna y sin contrapeso­s que lo equilibren, se que es pensar mal, pero créame lector mío que viendo a Bejarano y a Manuel Bartlett entre sus filas, la cantidad de dinero que van a manejar y su pasado tan sucio, no puedo yo pensar otra cosa.

Nuestro próximo presidente va muy rápido y anunciando demasiadas cosas, algunas de ellas populistas, para calmar a aquellos que votaron por él, otras tantas si con algo de sentido pero que al quererse hacerse populares (le llaman democrátic­as), le ha terminado por salir mal, ahí tiene usted el ejemplo del famoso foro de pacificaci­ón que el Peje ha impulsado, y por lo menos los que se han hecho ya, se le han salido de las manos, la gente no quiere escuchar la palabra “perdón”, y AMLO en su afán de república amorosa, queriéndos­e ver justo ha contrariad­o ya a muchos, la gente no esta dispuesta a perdonar, la gente quiere justicia y la quiere ya.

Que pase un excelente fin.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico