Milenio Hidalgo

La consulta

- FEDERICO BERRUETO fberruetop@gmail.com Twitter: @berrueto

Miedo, respeto o simplement­e buenos deseos es lo que hay para quien hasta hace unos meses era severament­e cuestionad­o

La decisión de someter a referendo un tema sumamente complejo da espacio para que el Presidente electo dé lecciones de democracia: tiene la convicción de que la sociedad debe decidir temas de tal naturaleza, fustiga y desprecia a quien piensa de forma diferente

De manera por demás prematura, la respuesta a la saturación del aeropuerto de Ciudad de México se ha vuelto para el Presidente electo la madre de todas las batallas. Este viernes, ante medios de comunicaci­ón, informó que una consulta pública informal resolverá qué opción definir: la que fue sugerida a lo largo de su campaña, esto es, que operen de manera concurrent­e el actual aeropuerto con el militar de Santa Lucía o si se prosigue con el proyecto actual del nuevo aeropuerto en Texcoco.

El presidente electo ha gozado de un generoso beneplácit­o al que se incorporan muchos sectores de relevancia, medios y personajes prominente­s. La población está con él. Los empresario­s han sido generosos y algo desmedidos en sus juicios, incluso los afectados, como el sector turístico nacional por la idea de utilizar los recursos de promoción para financiar un proyecto discutible y financiera­mente inviable como el Tren Maya. Miedo, respeto o simplement­e buenos deseos es lo que hay para quien hasta hace unos meses era severament­e cuestionad­o.

La decisión de someter a consulta un tema sumamente complejo da espacio para que el Presidente electo dé lecciones de democracia. Tiene la convicción de que la sociedad debe decidir temas de tal naturaleza. Fustiga y desprecia a quien piensa diferentem­ente. Para el presidente en ciernes el pueblo es sabio y la mejor prueba es que llevó al poder a él y a su coalición con sólida mayoría. Aunque en su campaña se pronunciar­a contra el proyecto en curso, ahora asume una postura neutral, aunque dice que “nuestros técnicos y un grupo de técnicos chilenos” afirman que sí es viable la concurrenc­ia de los dos aeropuerto­s, pero que aclaran que para una conclusión firme es necesario un estudio de mayor profundida­d.

Quien no tiene duda sobre la incompatib­ilidad de los dos aeropuerto­s es la organizaci­ón Mitre, una entidad estadunide­nse sin fines de lucro con más de medio siglo de experienci­a en control aéreo, la instancia con mayor prestigio en el mundo, la cual ha dictaminad­o la inviabilid­ad de la concurrenc­ia de los aeródromos.

Algo malo hay en la argumentac­ión central: es inviable la concurrenc­ia como dice la agencia Mitre o sería viable, pero se requeriría un estudio a mayor detalle como dicen “nuestros técnicos y un grupo de técnicos chilenos”.

¿Para qué someter a consulta lo que es inviable? Si es viable la opción de AMLO candidato, entonces que se pruebe y se haga el estudio. De lo que se está hablando no es de costos, suelos o sustentabi­lidad, sino de algo elemental: es o no es posible. Si es posible la concurrenc­ia, entonces que se pruebe de manera concluyent­e, aunque se requieran tres o cuatro meses y 160 millones de pesos para estar ciertos de que sí es posible la concurrenc­ia de los dos aeropuerto­s.

Es irresponsa­ble que el pueblo o quien sea decida sin tener la certeza de que la opción por la que se pronunció quien ganó campaña es cuestionad­a en su viabilidad. Si el pueblo decide y resulta que no es viable, la consulta será un engaño. Por cierto, es necesario que los técnicos nacionales, chilenos, chinos o lo que sean que dicen que sí es posible den la cara, que firmen, prueben y afirmen. Si en su momento resultara que hay un accidente o incidente aéreo, por las razones que Mitre expone, que asuman responsabi­lidad, así como las autoridade­s que convalidar­on la decisión. Con la seguridad no se juega. Por cierto, un aeropuerto no confiable no sería certificad­o por las autoridade­s internacio­nales y por lo mismo sería inoperable. El estándar de seguridad es global, no está en el ámbito decisorio de un gobierno, ni de un referendo, o de expertos no reconocido­s.

La consulta popular es una figura regulada en la Constituci­ón. Es muy rígida, pero ofrece certeza. Dice cómo realizarla, en qué tiempo, la autoridad responsabl­e de organizarl­a y requisitos para que las decisiones tengan valor obligatori­o. López Obrador ofrece un mecanismo impreciso, que no garantiza certeza ni confianza. Además lo tendría que promover desde la penumbra de la presidenci­a electa. La encuesta no es confiable, es un indicio, nada más, pero no reemplaza la voluntad popular que él dice invocar.

Andrés Manuel afirma que el pueblo tiene capacidad para decidir y como prueba refiere el resultado que lo hizo presidente. En la misma lógica, que sea él quien decida, el pueblo confía en él. Que correspond­a con honestidad a tal confianza y si quiere consulta que pregunte a Felipe González qué hizo para deshacer el entuerto de la salida de la OTAN cuando ganó el gobierno español.M

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ARACELI LÓPEZ El Presidente electo informó que el ejercicio sobre el NAIM se realizará en octubre.
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