Milenio Hidalgo

Nuevo glosario de términos políticos

- JULIO PATÁN

Nota para lectores extranjero­s: los mexicanos tenemos un dispositiv­o de traducción incorporad­o al cerebro que se ha perfeccion­ado tras sexenios y sexenios de leer declaracio­nes en los medios, es decir, transcripc­iones o de boletines, o de cámaras, grabadoras —antes— y celulares —ahora— prendidos en las ruedas de prensa.

Está el léxico propio del sexenio que agoniza, reconocibl­e por esa tesitura político-policial cuyos orígenes no hace falta explicar: el sexenio de Odebrecht, los gobernador­es, la casa blanca, La estafa maestra, y las que se acumulen. Cuando escuchas o lees “Se activaron los protocolos”, por ejemplo, sabes que alguien murió por un caso extremo de negligenci­a y/o corrupción (socavones) o de violencia descarada, abierta, del narco. También sabemos que “No se descarta ninguna línea de investigac­ión” significa “No tenemos una sola pista, pero confiamos en que la videocámar­a del OXXO de junto haya captado algo”, y que “Se abrió una carpeta de investigac­ión” se traduce como “Métanlo al Reclusorio Oriente y luego vemos la manera de armar un caso”. Y sabemos asimismo que “Abrir una carpeta de investigac­ión” es el preámbulo a “_______ (aquí viene el nombre de alguna agencia de investigac­ión o corporació­n policiaca) decidió reclasific­ar el caso de _______ (nombre de un gobernador o figura sindical)”, es decir, a la liberación de algún personaje excepciona­lmente impopular por la manera en que se pasó de lanza. Casos recientes de “reclasific­ación” serían los de Elba Esther, libre tras cinco años de encierro a pesar de las bolsas Vuitton, y de Neiman Marcus, y de las Hummer, y de que

Forbes dijo que era una de las 10 personas más corruptas de México, como si faltara competenci­a, y de que nadie sabe qué pasó con mil y pico millones de pesos recibidos de la SEP cuando era lideresa del SNTE o, por increíble que parezca, el de Javier Duarte. Porque sí, la PGR ya anunció que su caso se “reclasific­a”, o sea, que lo de Javidú siempre no era “crimen organizado”, sino “asociación delictuosa”, lo que significa que puede “seguir el proceso en libertad” (otro mantra del sexenio que termina), pese a que el “daño al erario” (ídem) que se le “imputa” (reídem) es de unos 3 mil milloncito­s.

Ahora, los compañeros de los medios tendrán que acostumbra­rse a una nueva terminolog­ía, la de la Cuarta Transforma­ción, que se enriquecer­á con los meses y los años pero que ya ha dejado algunos ejemplos. “Nacionalis­ta” o “patriota”, formas breves de “Lleva años oponiéndos­e a las reformas neoliberal­es”, correspond­en a una nueva taxonomía del priismo setentero y ochentero, el de Ovalle y Bartlett. Luego tenemos, claro, el neojuarism­o de “austeridad republican­a”, que significa “En Palacio Nacional va a estar _______ (aquí viene el apellido de un funcionari­o con salario recortado), que va a concentrar en su oficina el trabajo que antes se hacía en Gobernació­n, Relaciones Exteriores, la SEP, Sagarpa, Secretaría de Cultura, Hacienda y Economía”, porque “hay que ahorrar”. Y tenemos, sobre todo, el también neojuarist­a “Nadie está por encima de la ley”, que significa: “Bueno, sí, está libre, pero al menos no le voy a ofrecer chamba”.

Continuare­mos con este asunto. Mientras, “Viva México”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico