Civismo y tacos
La semana pasada acepté una invitación al programa de Tucker Carlson, el presentador de Fox News para hablar sobre la reacción que provocó el dueño de un restaurante de comida mexicana en Houston, Texas, al posar junto al procurador general Jeff Sessions en una fotografía.
Un poco de contexto: durante décadas, Sessions se ha opuesto a cualquier esfuerzo para reformar el sistema migratorio y desde que asumió el cargo de procurador ha encabezado los esfuerzos de la administración Trump para criminalizar y deshumanizar a los inmigrantes en Estados Unidos, por lo que su visita al restaurante fue considerada por muchos una contradicción moral.
Desafortunadamente, cuando en redes sociales fue publicada la imagen, que incluía un pie de foto en el que el dueño del restaurante El Tiempo agradecía la visita de Sessions, el establecimiento fue objeto de críticas, de insultos y hasta de amenazas, obligándolos a retirar la foto y atrapando la atención de medios a escala nacional.
El tema me pareció buena oportunidad para denunciar los abusos retóricos de Trump y subrayar la responsabilidad que plataformas como Fox News juegan al retransmitir mensajes que siembran odio y división. Así comenzó el intercambio con Carlson que, como otros presentadores de la cadena, se dedica a pedalear teorías de la conspiración, a manipular la información y a provocar a todo el que critique a Trump o no piense como él.
No es la primera vez que acepto una invitación de Fox News y tampoco la primera vez que la conversación termina en el absurdo, por lo que muchos han cuestionado la decisión de aparecer ahí. Así lo veo yo. Fox News es por mucho el canal de noticias más visto en Estados Unidos. Es el epicentro del trumpismo y de la propaganda antiinmigrante y anti- México que impulsa su programa político. Sus ejecutivos trabajan en coordinación con la Casa Blanca y muchos incluso han emigrado formalmente a la vida pública para ayudar al Presidente Trump.
En forma y fondo, esta es la única manera de exponer a su audiencia al punto de vista de un inmigrante mexicano. Esa es la trinchera en la que me toca defender los hechos y la información veraz. De poco sirve hacerlo en las cámaras de eco en las que la mayoría piensa y actúa parecido a mí.
No pretendo representar nada más que la experiencia que he tenido como inmigrante, como mexicano y como periodista en la era Trump. Sumar mi voz a la de millones de hispanos que desde sus trincheras trabajan para que nuestras historias sean escuchadas, valoradas y, por qué no, celebradas.
Del origen de los tacos sobra debatir, eso es caer en su juego.