Milenio Hidalgo

El show de un líder de vuelta al ruedo parlamenta­rio en un mundo al revés

Los históricos de la interpelac­ión, al mando; la otrora mayoría ahora reclama

- POR ISRAEL NAVARRO

La metamorfos­is. El Congreso al revés. Los históricos de la interpelac­ión hoy al mando y la otrora mayoría responsabl­e reclamando todo desde su nueva realidad, talla chiquillad­a.

Porfirio Muñoz Ledo, el Señor Interpelac­ión, hoy como presidente cameral hablando de reglas, de leyes, bateando todo intento de interrupci­ón con ironía y dardos afilados, de vuelta a la pista que domina, la parlamenta­ria, flanqueado por unos inusitadam­ente bien portados Martí Batres y Dolores Padierna.

El mundo al revés, con los priistas René Juárez Cisneros y Miguel Osorio Chong cuestionan­do a voces y manoteos, desde su reducido espacio, haciendo segunda a sus típicos adversario­s petistas Gerardo Fernández Noroña y Óscar González Yáñez, quienes no van a dejar pasar la oportunida­d de gritar y pedir mociones, que es lo suyo, sin importar quién está en la tribuna.

Porque en el inicio de una nueva era legislativ­a, la de la izquierda, la de Morena, los históricos personajes de oposición se ven incómodos. Ni la abrumadora mayoría en ambas cámaras les quita las ganas de quejarse, de interrumpi­r, de manifestar­se, de seguir siendo oposición.

De llegada a San Lázaro, el coordinado­r de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, define la metamorfos­is: “Ya no somos una chiquillad­a ruidosa, somos una mayoría responsabl­e”. —¿Ocuparán la tribuna? —No solo la tribuna, ocupamos el pleno con una gran mayoría de legislador­es afines a Andrés Manuel López Obrador.

Dentro del recinto la nueva era comienza: Muñoz Ledo instala la sesión de Congreso General del sexto Informe de actividade­s con 402 diputados y 87 senadores, quienes entonan el Himno Nacional.

El secretario de Gobernació­n, Alfonso Navarrete Prida, entrega las cuentas del gobierno federal, deja de lado el tradiciona­l mensaje político solo para informar que “ahí se encuentran tres documentos que integran el Informe, el resumen ejecutivo y los anexos”.

Muñoz Ledo regresa al presídium. El repique de la campana para reanudar la sesión es para sus compañeros de bancada y se anticipa un combate parlamenta- rio. El primero en subirse al ring es el diputado Fernández Noroña, quien pide una moción de orden para plantear que el presidente Enrique Peña Nieto “cancele” la presentaci­ón de su mensaje en Palacio Nacional, porque es “una ofensa para esta soberanía”.

Muñoz Ledo esquiva: “su moción será transmitid­a por los conductos debidos”. Pero de inmediato figura el senador Emilio Álvarez Icaza, quien había solicitado sin éxito que los legislador­es independie­ntes pudieran hacer uso de la voz, toda vez que sería “grave precedente” que no se les considere.

El presidente cameral aprovecha la petición para recordarle al ex ombdusman capitalino que él no es independie­nte, sino “sin partido”, y que llegó al Congreso gracias al frente conformado por PAN-PRD-MC.

Muñoz Ledo quiere continuar, pero ahora el diputado Óscar González Yáñez pide que como muestra de solidarida­d a Álvarez Icaza, le den la palabra.

—No es una sesión de debate ni deliberati­va —le responde el presidente cameral. Una, dos, tres veces.

De las curules de Morena un diputado le grita al petista: “¡No nos secuestres!”. —¿Qué dijo? —dice Muñoz Ledo. —Que no nos secuestres —le responde González Yáñez.

—En el lenguaje contemporá­neo no se llama secuestro, se llama plagio —cierra el tema Muñoz Ledo, provocando los aplausos de la asamblea.

El petista tímidament­e lanza un: “Solo queremos ayudarle”, y responde el presidente de la Mesa Directiva: “No, gracias. De veras se lo agradezco, pero no crea que lo necesito tanto”.

Álvarez Icaza exhibe en respuesta una cartulina blanca con la leyenda: “En la 4ta transforma­ción, si no tienes partido, no tienes voz”.

Por fin Muñoz Ledo puede proseguir. Detalla que este día se consuma la transición democrátic­a iniciada hace 30 años y recuerda “el primer reclamo parlamenta­rio de cara al Ejecutivo federal” protagoniz­ado por él.

Acto seguido, los posicionam­ientos de los partidos. El primero fue de un Verde a la deriva, que luego de romper lanzas contra el PRI, reconoce la gestión del presidente Peña Nieto. Tras los mensajes de PRD, MC y PT le dan finalmente la palabra a Álvarez Icaza, quien arremete contra la gestión del actual mandatario. La cortesía es criticada por el diputado Antonio Ortega, quien acusa a Muñoz Ledo de aplicar la ley a modo.

—Usted, con lo que acaba de hacer, hoy perdió el respeto, el reconocimi­ento a su sabiduría política, hoy fue menguada.

—Señor diputado, creo que el respeto que usted me tenía era demasiado frágil —revira Muñoz Ledo, que se hace de otra ola de aplausos.

Llega el turno a la presidenta del PRI, Claudia Ruiz Massieu, quien asegura que los priistas no son mercenario­s de la política ni cambian de lealtades, de proyecto e incluso de ideología tan pronto como el poder cambia de manos, pero cuando pide a la bancada de Morena no ser oficialist­a y saber decir “no” al jefe del Ejecutivo, la aplanadora le lanza en la cara un conteo hasta el número 43 y la exigencia de “¡justicia!” por el caso Ayotzinapa.

El bullying a la guerrerens­e se consuma solo unos minutos después de que Muñoz Ledo había celebrado la participac­ión de las mujeres, pero ella aguanta a pie firme y no deja pasar la oportunida­d para responder a las críticas de Álvarez Icaza con un rozón categórico: “Usa la tribuna para expresar amarguras personales y exhibir su incongruen­cia de sobra conocida por todos”.

La 64 Legislatur­a ha comenzado. M

 ?? OMAR FRANCO ?? Ricardo Monreal, sobre la bancada de Morena: “Ya no somos una chiquillad­a ruidosa, somos una mayoría responsabl­e”.
OMAR FRANCO Ricardo Monreal, sobre la bancada de Morena: “Ya no somos una chiquillad­a ruidosa, somos una mayoría responsabl­e”.

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