¿Aceptación o provocación?
Vaya fin de semana extraño en las redes sociales, donde la fotografía de la modelo Tess Hollyday en la portada de la revista Cosmopolitan causó furor, pleitos y sin la menor duda más de una discusión.
Es muy claro el mensaje que está tratando de dar la revista al utilizar una imagen de una mujer que siempre se ha destacado por mostrar seguridad ante las cámaras, sin importar qué peso tenga o la forma de su cuerpo. “Ámate a ti misma, como seas”.
Y sin duda es un mucho mejor mensaje que “solo te puedes considerar hermosa siendo una talla cero” pero hay más de un debate aquí.
De entrada, si es verdad que el problema siempre tuvo que ver con que las revistas de moda, belleza y la industria del entretenimiento. ¿Es esto una autocrítica? ¿Es su manera de compensar por haber promovido tantos años la nada sana opción del otro estreno de ser “talla 0” como ideal? ¿Son ellos quienes tienen que darnos estos mensajes? Tal vez. Pero hablando como alguien que tiene algo de experiencia con esto, que ha pasado por una cantidad enorme de tallas, puedo decirles que hay otras cosas que considerar: la primera es la salud. Realmente estar bien.
¿Debemos creer que la belleza es salud? ¿O un constante desafío a la misma? Porque esta industria vaya que no ha encontrado un punto medio y no es solo un tema editorial.
El verdadero problema tiene que ver con el negocio de la moda y los diseñadores que simplemente no participarían en semejante “normalización” de la belleza en cualquier peso. Portadas incluso desnudas en este tipo de circunstancia, en realidad no son novedad (¿recuerdan la controversia de Lena Dunham de la serie Girls?), la novedad sería realmente fotografiar todo en tallas regulares. ¡Que existieran esas tallas! Para todas.
Esta es una revista británica, pero la modelo es estadunidense, donde la talla promedio es 14.
En México sabemos perfectamente que ante los índices de obesidad que nos cargamos, solo un muy pequeño porcentaje está siquiera en la posibilidad de pensar en moda, según las revistas. Y vaya que no hablo de belleza. Hablo de industria. Y vaya que algo sé de la materia.
Así que entre que nos peleamos en Facebook y Twitter sobre el tema de la obesidad mórbida de la modelo, de que no es lo mismo la aceptación y el amor a una misma y la seguridad que promover normalidades nada sanas (ya sea “0” o XXXL). Entre que vuelan los absurdos insultos (que solo denotan la inseguridad de quien los aventó) y las respuestas que aplauden la seguridad de Tess, yo solo tengo dos cosas claras: cada quien sabe cuál es su punto sano y eso es lo que hay que buscar, y la segunda es que la revista, al final de cuentas, está explotando la controversia, como excepción.
Y venderán muchos ejemplares, pero a menos de que en sus siguientes números veamos retratadas a mujeres de todo tipo de tallas, entonces sentiré que solo fue un arguende publicitario.